Al abordar un avión es común que se den instrucciones específicas antes del despegue. Una de ellas consiste en subir la ventanilla que tienes a tu lado.
Aunque parezca un detalle menor, esta indicación forma parte de los protocolos que las aerolíneas siguen en etapas clave del vuelo. Entender su propósito te puede ayudar a cooperar mejor.
Tener la ventanilla abierta permite que la tripulación y los pasajeros detecten cualquier anomalía durante el despegue o el aterrizaje. Así lo explicó Dan Bubb, expiloto y profesor en la Universidad de Nevada, en una entrevista con Newsweek.
Según Euronews, si ocurre un incendio en un motor, los tripulantes necesitan verificar qué lado del avión se encuentra libre para evacuar. Las persianas abiertas ayudan a tomar esa decisión sin retraso.
La visibilidad también permite a los empleados en tierra observar el interior de la cabina desde el exterior. Esto puede facilitar una respuesta más rápida si se requiere apoyo inmediato.
En México, esta medida no aparece como una obligación expresa en la Ley de Aviación Civil ni en su reglamento. No existe un artículo específico que indique que la persiana debe estar arriba durante el despegue o el aterrizaje.
Sin embargo, sí es obligatoria como parte de los procedimientos operativos de seguridad que deben seguir todas las aerolíneas autorizadas. Así lo establece la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), en cumplimiento de los estándares internacionales de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Estas reglas operacionales tienen carácter vinculante, por lo que el personal de cabina debe asegurarse de que se cumplan en cada vuelo.
Si la ventanilla está abajo, los pasajeros y el personal de cabina no pueden ver el exterior. Esto puede impedir que se detecte a tiempo humo, fuego, hielo o cualquier otra falla visible en las alas o los motores.
Según el profesor Kivanc Avrenli, citado por Newsweek, la falta de visibilidad también evita que los pasajeros comuniquen información importante que el personal de cabina no puede ver desde su posición.
Además, mantener las persianas abajo retrasa la adaptación visual al entorno exterior. Esto dificulta una evacuación rápida, ya que se pierde tiempo ajustando la vista a la luz o la oscuridad fuera del avión.
