El fondo hundido de las botellas de vino es una característica reconocible, pero pocas personas conocen el motivo real de su existencia. En apariencia, no cambia el sabor del vino.
Este detalle, también llamado punt, se encuentra en vinos tranquilos, espumosos y fortificados. Su profundidad varía según el tipo de bebida y el proceso de elaboración.
Según el Wine & Spirit Education Trust (WSTE), organización educativa con sede en el Reino Unido dedicada a la formación en vinos, espirituosos y sake, su presencia responde a necesidades prácticas y visuales, y no indica que un vino sea de mayor o menor calidad.
El WSET explica que esta hendidura en la base, conocida como punt, es más profunda en las botellas de vinos espumosos como el champán o el cava, ya que refuerza el vidrio frente a la presión interna.
También facilita el proceso de embotellado por succión durante la elaboración. Esta forma permite levantar las botellas con mayor seguridad cuando se manipulan mecánicamente.
Además, al momento de servir el vino, esta depresión permite sujetar la botella con el pulgar en el hueco y el resto de los dedos en la base, dando mayor estabilidad durante el servicio.
A pesar de su origen funcional, este tipo de fondo ha permanecido en el diseño moderno de las botellas. La organización señala que esto obedece a costumbre y estética.
Esta forma puede encontrarse en todos los estilos de vino: tinto, blanco, rosado, espumoso o fortificado, aunque con variaciones en tamaño y profundidad.
