La explicación científica de ese característico color amarillo
En entrevista para Expansión, Margaret explica que a medida que los plásticos como el polietileno envejecen, cambian estructuralmente su capa externa. Éste es el trasfondo químico del tono amarillo de los gadgets antiguos.
“Cuando usamos el tipo correcto de luz, orientada a observar estructuras grandes, podemos ver que los plásticos desarrollan una estructura macromolecular compleja en la superficie a medida que envejecen”.
Curiosamente, esta estructura tiene una forma general que gira lentamente como la rosca de un tornillo, un resorte o un sacacorchos.
Este hallazgo llegó inesperadamente, puesto que Margaret y un equipo de investigadores solamente se habían fijado como objetivo estudiar cómo las proteínas interactúan con los plásticos a medida que éstos se hacen viejos.
Es clave mencionar que las proteínas se encuentran en el exterior de los microorganismos, los cuales suelen ser los primeros agentes en entrar en contacto con los plásticos desechados.
“Esta interacción de proteínas es necesaria para que los microorganismos crezcan en la superficie de toda la basura plástica. Entonces descubrimos que el plástico, a medida que envejecía, cambiaba el comportamiento de la luz a la que lo exponíamos. ¡No esperábamos esto en absoluto!”, expresa esta científica.
Es la primera vez que se observa tal comportamiento usando la técnica de dicroísmo circular, método científico de estudio de materiales con base en su interacción con la luz ultravioleta.
“Descubrimos algunos otros fenómenos interesantes sobre los que informaremos pronto. De todos modos, desde nuestro enfoque muy biofísico para investigar la interacción, nos hemos topado con varios hallazgos interesantes que nos mantendrán ocupados”.
Rubén Gaviño Ramírez, académico del Instituto de Química, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comenta que los plásticos son polímeros compuestos por unidades moleculares llamadas monómeros, a manera de una cadena formada por eslabones.
“Se trata de estructuras estables, pero tienden a degradarse lentamente sobre todo cuando son expuestas al calor y la radiación solar”, platica este científico.
Estas condiciones de elevadas temperaturas se replican en el interior de los gadgets, debido a la electrónica que albergan en su interior. Entonces las carcasas son susceptibles a degradarse lentamente y, por tanto, a adquirir una tonalidad amarilla.