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La nostalgia amarilla: científica explica el color de los gadgets antiguos

El amarillo no solamente ha generado un atracción especial entre los coleccionistas, sino también una investigación que ha dado con las causas químicas de esta coloración.
lun 26 diciembre 2022 07:54 AM
Gadget antiguo
Computadora antigua de primera generación.

La melancolía por el recuerdo de un entretenimiento digital del pasado es desencadenada por un estímulo visual: el color de los gadgets antiguos. Fueron blancos y, ahora, son amarillos.

La causa de esta transformación cromática no había sido dilucidada sino hasta este año, cuando Margaret M. Elmer-Dixon, investigadora de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos, publicó un artículo al respecto en la revista de la Sociedad Estadounidense de Química (ACS, por sus siglas en inglés).

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La explicación científica de ese característico color amarillo

En entrevista para Expansión, Margaret explica que a medida que los plásticos como el polietileno envejecen, cambian estructuralmente su capa externa. Éste es el trasfondo químico del tono amarillo de los gadgets antiguos.

“Cuando usamos el tipo correcto de luz, orientada a observar estructuras grandes, podemos ver que los plásticos desarrollan una estructura macromolecular compleja en la superficie a medida que envejecen”.

Curiosamente, esta estructura tiene una forma general que gira lentamente como la rosca de un tornillo, un resorte o un sacacorchos.

Este hallazgo llegó inesperadamente, puesto que Margaret y un equipo de investigadores solamente se habían fijado como objetivo estudiar cómo las proteínas interactúan con los plásticos a medida que éstos se hacen viejos.

Es clave mencionar que las proteínas se encuentran en el exterior de los microorganismos, los cuales suelen ser los primeros agentes en entrar en contacto con los plásticos desechados.

“Esta interacción de proteínas es necesaria para que los microorganismos crezcan en la superficie de toda la basura plástica. Entonces descubrimos que el plástico, a medida que envejecía, cambiaba el comportamiento de la luz a la que lo exponíamos. ¡No esperábamos esto en absoluto!”, expresa esta científica.

Es la primera vez que se observa tal comportamiento usando la técnica de dicroísmo circular, método científico de estudio de materiales con base en su interacción con la luz ultravioleta.

“Descubrimos algunos otros fenómenos interesantes sobre los que informaremos pronto. De todos modos, desde nuestro enfoque muy biofísico para investigar la interacción, nos hemos topado con varios hallazgos interesantes que nos mantendrán ocupados”.

Rubén Gaviño Ramírez, académico del Instituto de Química, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comenta que los plásticos son polímeros compuestos por unidades moleculares llamadas monómeros, a manera de una cadena formada por eslabones.

“Se trata de estructuras estables, pero tienden a degradarse lentamente sobre todo cuando son expuestas al calor y la radiación solar”, platica este científico.

Estas condiciones de elevadas temperaturas se replican en el interior de los gadgets, debido a la electrónica que albergan en su interior. Entonces las carcasas son susceptibles a degradarse lentamente y, por tanto, a adquirir una tonalidad amarilla.

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El negocio de la nostalgia amarilla

En un contexto menos químico y más de la mercadotecnia, se sabe que la tonalidad amarilla de los gadgets viejitos es aquilatada por ciertos consumidores, ya que les recuerdan experiencias entrañables de la infancia o la juventud. De ahí que estos productos sean parte de planes comerciales en línea.

“Amazon tiene una campaña que comenzó hace cinco años, que fomenta la compra de productos tecnológicos obsoletos y, luego, los vende a los coleccionistas”, dice Jonathan Zamacona, catedrático de medios digitales en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

Así, los consumidores pueden postular su gadget antiguo , después Amazon lo revisa y si considera que se encuentra en buen estado, lo acepta y paga por el envío del producto.

Al final, ellos reciben una tarjeta de regalo para cambiar por productos nuevos de la línea de tecnología de la tienda.

“La idea es alimentar la nostalgia por estos productos amarillos para incrementar la necesidad o el consumo de los coleccionistas, quienes siguen teniendo el vínculo emocional con estos gadgets”, apunta Zamacona.

Mientras que por el lado de quienes se deshacen de ellos, el fundamento de su acción más se encuentra del lado de la sostenibilidad y la reutilización.

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El desafío de la larga vida y la utilidad efímera

El plástico es un material bondadoso si se sabe usar correctamente, por su duración, flexibilidad, ligereza y versatilidad.

“Sin embargo, 50% del plástico a nivel mundial se dedica a funciones desechables de un solo uso con una duración de aproximadamente 5 minutos”, señala Chantal Chalita, ingeniera ambiental.

Esto quiere decir que normalmente este material se usa de manera errónea, ya que sin importar que su estabilidad química confirmada por Rubén Gaviño, le confiere una vida útil de más de 150 años, termina desperdiciado, en la basura, sin el manejo correcto de su amplio periodo de aprovechamiento.

“El problema en sí no es el material, es su uso desmedido, sin consideración de trazabilidad ni destino final”, precisa Chalita.

Es así como ese tono amarillo de los plásticos, estudiado por los químicos, apreciado por los coleccionistas y considerado por los ambientalistas es signo de una época en que pareciera que el consumismo empieza a tener implicaciones conducentes no solamente a la nostalgia, sino también a la crítica y el replanteamiento de estrategias.

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