5 formas de tirar tu dinero… evítalas
Sin duda has escuchado del gasto hormiga, ese que de poquito en poquito te deja sin quincena. No es una sorpresa que te pase, pues 50% de los mexicanos gasta casi siempre en cosas que no tenía planeadas o que salen de su presupuesto, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2015, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Los expertos en finanzas personales y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) coinciden en que este gasto “pequeño” pero recurrente puede rebasar el 10% de tus ingresos, desfalcándote.
La clave está en ser conscientes de este gasto, cuantificarlo, considerarlo en el presupuesto quincenal y no sobrepasarlo. “El hecho de que sea tan pequeño lo hace que no consideremos que es importante”, dice Leticia Armenta, profesora investigadora de la escuela de Economía del Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México.
El problema crece cuando se utiliza la tarjeta de crédito para pagar los gastos hormiga. Al hacerlo con un medio de pago con el cual no “sientes” cuánto desembolsas, porque no lo ves, podrías gastar más de lo que presupuestaste, advierte el catedrático de la Escuela de Negocios de la Universidad La Salle, Carlos Bautista.
La fórmula es que destines sólo 10% de tu ingreso a estos gastos y, si es posible, redúcelo. Si al final del día lograste conservar ese dinero, ahórralo en una alcancía, al final del año verás cuánto juntaste y podrás comprarte algo más grande e, incluso, irte de viaje, agrega el académico.
Consejos para evitar los gastos hormiga
Los expertos te dan algunos consejos sobre cómo evitar los gastos hormiga para que esto no te siga pasando:
¿Un cafecito?
Problema: El café de la mañana, el jugo de naranja o el agua embotellada hacen que gastes de 10 a 50 pesos diarios. Si eres de los que se toma tres o cuatro tazas de café al día, estás en líos. Además de que podría ser perjudicial para tu salud, te asustarás si multiplicas lo que estás gastando al día por lo que consumes a la semana.
La cura: Si tu empresa tiene una cafetera, toma de ella, es refill gratis. En caso de que no te guste, compra tu café en cápsulas o soluble y prepáratelo. Bebe agua del garrafón o filtro y rellena tu envase.
Como que se me antojó algo…
Problema: Las golosinas y antojitos vespertinos pueden llevarte a la ruina. Las papitas, chocolates, chicles, refrescos, cacahuates o cigarros sueltos cuestan entre 10 y 12 pesos.
La cura: Si te gusta ‘botanear’, prepárate colaciones saludables en casa, como fruta picada o verdura rallada, y llévalos a la oficina.
Llévate la ‘novedad’
Problema: Viajar en el metro o el camión en la Ciudad de México es como caminar en un mercado ambulante. “Llévele el artículo de novedá, para el niño o para al niña, "Le vengo manejando el cepillo de dientes portable" o "Por cinco pesos llévese la pastilla refrescante para esa garganta irritada”. En un trayecto de media hora podrías encontrarte a cuatro o cinco vendedores con productos de 10 y 20 pesos.
La cura: Antes de caer en sus ‘embrujos de sirena’, pregúntate si de verdad necesitas lo que te ofrecen, si no sigue tu camino. Lleva un libro que te agrade para ocupar tu mente mientras viajas.
¡Ya se me hizo tarde!
Problema: El tráfico en la Ciudad de México es impredecible. Salir con cinco o 10 minutos de retraso de tu casa a alguna cita o al trabajo se convierte en media o una hora perdidas en el traslado. La solución a la que recurren muchas personas es tomar taxi o pedir el servicio de transporte privado, como Uber o Cabify. Está bien que te pase una vez a la semana, pero no siempre, porque esos 40 o 50 pesos que gastas en pasaje podrías reducirlos a 5 o 10 pesos si viajaras en transporte colectivo.
La cura: Trata de dormir temprano, una noche antes prepara la ropa que te vas a poner al siguiente día, si es posible deja lista la comida que te llevarás en recipientes de plástico dentro del refrigerador, pon en tu bolsa o mochila todo lo necesario para iniciar tu día y programa correctamente tu alarma.
¿Ayudar al prójimo?
Problema: Que la filantropía y el altruismo no te ganen. Las propinas y ayudas económicas descontroladas e innecesarias pueden mermar tu bolsillo.
La cura: No es que de pronto te vuelvas un insensible, simplemente te pedimos que moderes el desembolso. Si te nace darles unas monedas a las personas que piden dinero en la calle, separa de tu presupuesto el dinero que les darás. Si realmente quieres ayudarlos, regálales algo que puedan comer, por ejemplo, una fruta o ropa que ya no uses.