¿Por qué el panorama del petróleo no es alentador para este año?
La caída del petróleo ha terminado, ¿no? Tal vez no.
Al menos esa fue la advertencia de Morgan Stanley, que afirma que los precios del crudo podrían caer hasta los 30 dólares por barril dentro de unos meses.
Es una advertencia incomprensible porque los precios del petróleo han aumentado en casi un 100% desde mediados de febrero. Sin embargo, Morgan Stanley señala que el pronunciado crecimiento se ha visto impulsado en gran medida por los repentinos cortes en el suministro en Nigeria, Canadá y otros lugares, pero no durarán para siempre.
"Seguramente volverá la sobreoferta conforme se resuelvan los cortes y los precios podrían volver a caer en un régimen de fijación de precios por sobreoferta de 30 a 50 dólares", escribió Adam Longson, estratega en jefe para bienes energéticos de Morgan Stanley, en un informe que se dio a conocer esta semana.
El llamado de Morgan Stanley podría servir de advertencia a los optimistas respecto al precio del petróleo, quienes creen que esta mala racha épica terminó definitivamente y que el mercado finalmente entrará en déficit. El nuevo ministro de Energía de Arabia Saudita dijo hace poco a CNNMoney que es probable que el precio del petróleo ronde los 60 dólares para finales de 2016.
Parte de la razón por la que los precios del petróleo se han recuperado tras caer a 26 dólares por barril hace cuatro meses es la reducción en la producción.
El tan esperado proceso de "reequilibrio" ha cobrado impulso gracias a la reducción de la producción de los proveedores no pertenecientes a la OPEP.
Hasta marzo de 2016, Estados Unidos producía alrededor de medio millón de barriles de petróleo menos que el año anterior, aunque la producción estadounidense ha sido más constante de lo esperado.
Sin embargo, la reducción ocurrió en un momento en el que se dio una serie de cortes a la producción (incendios forestales en Canadá y sabotaje de instalaciones petroleras en Nigeria) que amplificaron la caída del suministro.
En Nigeria, la producción de mayo cayó en casi un millón de barriles al día, lo que representa su ritmo más bajo desde finales de la década de 1980.
Estas interrupciones a corto plazo no han terminado, por lo que Morgan Stanley elevó su pronóstico a corto plazo del precio del petróleo y lo situó en un rango de 45 a 65 dólares. El tope superior de ese rango representa un aumento mayor al 30% respecto al nivel actual de 49 dólares por barril.
nullNo obstante, hay tres razones por las que Morgan Stanley advierte que la recuperación podría ser contraproducente:
1. Los cortes de producción terminarán: Canadá "tiene probabilidades de recuperarse en mayor medida" de las interrupciones por los incendios forestales para mediados de julio. Los cortes por mantenimiento en el Mar del Norte y en Brasil también deberían terminar pronto.
Longson argumenta que el solo regreso de Canadá debería "bastar para que el mercado vuelva a entrar en sobreoferta" aunque sigan los problemas en Nigeria. En el peor de los casos, según los más optimistas, Libia podría reanudar la producción que se canceló por la guerra civil que se libra en su territorio.
2. Las reservas siguen siendo un desafío: en estos días se habla mucho menos de los tanques de almacenaje desbordantes, pero la situación no es tan distinta. Las reservas "siguen siendo abundantes": los niveles de crudo de la OPEP están en 83 millones de barriles por encima de los niveles de 2015, según Morgan Stanley.
3. No ignoren la fractura hidráulica en Estados Unidos: Ya hay indicios de que el alza en los precios podría ser un incentivo para que los productores estadounidenses que se encuentran en problemas exploten pozos perforados, pero no terminados. Además, la cantidad de torres de perforación horizontal se ha mantenido o ha aumentado en las pasadas tres semanas.
Claro que esta no sería la primera vez que se esfume la tendencia alcista del petróleo. Morgan Stanley señaló que hay "similitudes abundantes" con la falsa alza de los precios del petróleo en 2015 y agregó que la historia demuestra que las caídas pronunciadas suelen tener recuperaciones sólidas a la mitad del ciclo, pero que finalmente terminan mal.