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4 dudas al proyecto de infraestructura de Donald Trump

Expertos han señalado las limitaciones del plan de 1 bdd y expresan preocupaciones por los beneficios para desarrolladores privados.
jue 24 noviembre 2016 12:40 PM
Limitaciones
Limitaciones Expertos muestran su preocupación por los beneficios que el plan de infraestructura puede dar a desarrolladores privados. (Foto: © Lucas Jackson / Reuters/REUTERS)

Si hay un problema en el que tanto los republicanos como los demócratas pueden estar de acuerdo, es en la idea de reparar, modernizar y expandir la infraestructura estadounidense.

Después de todo, mejores carreteras, puentes, sistemas ferroviarios, vías fluviales, hospitales y otras infraestructuras fundamentales pueden aumentar la seguridad pública y, en opinión de muchos, apoyar el crecimiento económico.

Pero eso no significa que la propuesta del presidente electo Donald Trump de un 1 billón de dólares en inversiones adicionales durante 10 años reciba una aprobación libre por parte de liberales, conservadores o halcones presupuestarios.

Los críticos ya están señalando las limitaciones potenciales del plan y la falta de claridad sobre cuestiones clave.

Lee: El plan de infraestructura de Trump puede impulsar la economía global.

Aunque el sitio web de Trump no ofrece muchos detalles, los expertos también se han basado en un artículo reciente de dos de sus asesores económicos —el profesor de Economía Pedro Navarro y el inversor multimillonario Wilbur Ross— como una guía de lo que favorece Trump.

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Estas son solo algunas de las críticas:

1.

No se pagará a sí mismo como él prometió

La idea de pedir prestado 1 billón de dólares casi seguramente se ganaría el rechazo de los conservadores y los halcones del déficit. Pero el artículo de Navarro y Ross afirma que 1 billón de dólares podría ser recaudado entre compañías privadas a cambio de solo 140,000 millones de dólares en créditos fiscales federales, más los retornos de su inversión.

El documento también dice que el costo de los créditos fiscales podría ser totalmente compensado por los ingresos fiscales adicionales de los empleos que sean creados por los proyectos de infraestructura, además de las ganancias de los contratistas de esos proyectos.

Lee: Donald Trump ya se vio ocho años en la Casa Blanca.

Pero eso parece suponer que los empleos serían ocupados por trabajadores desempleados o por trabajadores subempleados que aumentarían sus ingresos gravables.

También parece presumir que habrá suficientes trabajadores calificados, disponibles y dispuestos a trasladarse si es necesario.

El problema: “Estamos cerca del pleno empleo”, dijo Douglas Holtz-Eakin, exdirector de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) y quien ahora lidera el America Action Forum, un grupo de expertos conservadores.

Es decir, muchos, si no es que la mayoría de esos empleos podrían más bien ser ocupados por trabajadores que sean contratados y dejen otros puestos de trabajo.

2. Es una dádiva para los desarrolladores

El plan Trump no está cayendo bien entre los liberales. Esta misma semana, Bernie Sanders y Paul Krugman del New York Times acusaron que el plan sería prácticamente una dádiva fiscal para las empresas.

“El plan de Trump enriquecería a unas pocas personas bien conectadas, a costa de los contribuyentes, mientras hace muy poco por curar nuestro déficit de inversión (en infraestructura)”. Los progresistas no deberían asociarse con este ejercicio en el capitalismo clientelista”, escribió Krugman.

Ve: Donald Trump es abucheado al salir de su reunión en el New York Times.

Bajo el plan, los inversionistas privados podrían invertir en un proyecto de infraestructura colocando una cierta porción de dinero y pidiendo prestado el resto. Recuperarían el 82% de su pago inicial a través del crédito fiscal federal. Y los ingresos futuros que el proyecto genere cubrirían el dinero que pidieron prestado más intereses, y posiblemente aún más.

Lo que no está claro en el plan es si los créditos solo se otorgarán a nuevos proyectos, y no a los que ya están en planeación o en curso. Si no hay distinción, entonces es “simplemente una forma de transferir dinero a los desarrolladores sin garantía alguna de que se hagan nuevas inversiones netas”, señaló en una publicación de blog el Economy Policy Institute de tendencia liberal.

3. Es posible que no se realicen proyectos importantes

Para que sus inversiones valgan la pena, las empresas privadas tendrían una participación en los ingresos futuros generados por la infraestructura que ayuden a construir o mantener.

Pero muchos proyectos fundamentales no son generadores naturales de ingresos, como la reparación de tuberías o la protección contra las aguas residuales peligrosas.

Así que, ¿esos proyectos acabarán pidiendo limosnas si se da más atención a los negocios que tienen la promesa de más ingresos?

Lee: ¿Trump causará un alza en los precios de los alimentos en EU?

¿O serán bien recibidos por el público si este tiene que empezar a pagar precios más altos (por ejemplo, a través de mayores precios de servicios públicos) para pagar a los inversionistas privados en proyectos que no son generadores obvios de ingresos?

¿Las empresas privadas, como resultado de sus inversiones, terminarán siendo propietarias de activos públicos? Navarro aún no ha respondido a la solicitud de CNNMoney para hacer comentarios.

4. El plan carece de visión

Tampoco está claro cuán ampliamente será definida la “infraestructura” bajo el plan. Trump mismo ha destacado sobre todo la infraestructura de transporte (por ejemplo, carreteras y puentes), así como hospitales y escuelas. La reparación y el mantenimiento de estos son importantes, pero también podrían considerarse metas a más corto plazo.

Expertos como Joseph Kane, analista de investigación del Programa de Políticas Metropolitanas de la Brookings Institution, ven la necesidad de un plan federal que ofrezca una “narración clara” acerca de lo que queremos que nuestra infraestructura haga en el futuro. Y, Kane dijo, debería esbozar una estrategia a largo plazo que incluya la inversión en infraestructura “resiliente”, como las instalaciones de aguas pluviales para ayudar a las regiones a soportar mejor lo que la madre naturaleza les depare en el futuro.

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