Los bonos corporativos de Brasil aún brillan pese a los escándalos de corrupción
La empresa Eldorado podría haber sido una luz de alerta sobre la inversión en bonos brasileños, pero ni siquiera el desplome de 20% en la deuda del fabricante de celulosa, desde que emitió 350 millones de dólares en julio, ha mermado el apetito por el crédito corporativo del país sudamericano.
Los inversores en bonos de Eldorado quedaron atrapados en medio de una gigantesca investigación por corrupción a nivel nacional que en septiembre alcanzó a la compañía y a su firma matriz y puso de relieve los riesgos de invertir en Brasil.
Sin embargo, los gerentes de fondos dicen que las empresas brasileñas -incluso aquellas con calificaciones de alto riesgo- aún tienen buenas posibilidades de recaudar dinero.
Otrora emisoras prolíficas, las firmas brasileñas han estado mayormente fuera de los mercados de bonos desde hace unos 18 meses, perjudicadas por los escándalos de corrupción locales, los precios debilitados de las materias primas a nivel internacional y la peor recesión económica del país en ocho décadas.
Pero ahora están explotando las condiciones favorables generadas por una ola de dinero que está entrando a los fondos de deuda de los mercados emergentes.
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"Los emisores están sacando ventaja de esto para emitir con rendimientos atractivos", dijo Charles de Quinsonas, vicedirector de M&G Emerging Markets Bond Fund.
A fin de agosto, las compañías de Brasil habían recaudado 14,500 millones de dólares (mdd) en los mercados de bonos, según la Asociación Brasileña de Mercados Financieros y de Capital. Esto se compara con apenas 7,600 mdd en emisiones corporativas y soberanas en todo 2015.
Las empresas emisoras van desde la petrolera controlada por el Estado Petrobras y la procesadora de carne Marfrig hasta la fabricante de celulosa y papel Suzano y la productora de azúcar y etanol Cosan.
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Y hay más en camino: la empresa de logística JSL y la compañía de leasing automotriz Ouro Verde -ambas con calificaciones crediticias de grado especulativo o "basura"- anunciaron a mediados de septiembre planes de emisión internacional.
Los compradores de bonos podrían verse atraídos por el mejor desempeño de Brasil este año frente a otros mercados emergentes. El juicio político a la destituida presidenta Dilma Rousseff y las señales de que empezaron a ponerse en marcha reformas largamente esperadas ajustaron los diferenciales promedio de los bonos de las empresas brasileñas en unos 280 puntos base en 2016.
En cambio, Rusia, el otro gran destacado de los emergentes por su desempeño, vio reducirse sus diferenciales en 120 puntos base, mientras que el índice subyacente CEMBI se ajustó 95 puntos base, señaló Steve Cook, co-director de deuda emergente de Pinebridge Investments.
Riesgos crediticios
No obstante, como mostró el bono 2021 de Eldorado, hay riesgos. Emitido a 99,008, tiene actualmente un valor comercial de 82 centavos por cada dólar de valor nominal original .
Los inversores también se han asustado por una reestructuración de deuda de la telefónica Oi, que propone un 70% de amortización sobre el capital de los bonos.
Un administrador de fondos de deuda con sede en Estados Unidos, cuyos comentarios coincidieron con los de otros inversores, dijo que los accionistas en Brasil disfrutan de importantes ventajas sobre los acreedores, dado que los mecanismos de protección de los prestamistas frente a la pérdida de valor de los activos siguen siendo débiles.
Eso mantendrá altas las tasas de endeudamiento de las firmas brasileñas, dijo el director de fondos. "Cuanto más estos procesos de bancarrota fluyan soslayadamente, las tasas seguirán aumentando. El mercado está despertando a estos peligros de lidiar con situaciones complejas en Brasil", agregó.
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No obstante, los ingresos de flujos récord a fondos de deuda emergentes respaldarían al mercado.
Spencer Maclean, jefe de Mercados de Capital para Europa y las Américas de Standard Chartered, dijo que aunque la deuda corporativa de Brasil sería demasiado riesgosa para fondos que no suelen invertir en mercados emergentes, todavía cuenta con suficiente demanda.
"Aún con apenas un tercio de los inversores que hubiera tenido hace algunos años, serán inversores dedicados al mercado emergente. Los que no llegarán son los (inversores) 'turistas'", concluyó Maclean.