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Cómo afectará un Trump presidente... al sector energético

El impulso de Estados Unidos a los combustibles fósiles puede ser un golpe para las energías renovables en todo el mundo. Sin embargo, México aún podrá beneficiarse del gas natural barato de ese país.
dom 15 enero 2017 09:01 AM
Cambio de rumbo.
Cambio de rumbo. Trump ha dicho que impulsará los combustibles fósiles frente a las energías renovables. (Foto: ERNEST SCHEYDER/REUTERS)

“Se supone que hoy deberíamos estar a 70 grados fahrenheit (21 grados centígrados), pero está helando. Hablando del calentamiento global, ¿dónde está? Necesitamos algo de calentamiento global. Está helando”.

Donald Trump, el próximo presidente de Estados Unidos, aparece en el documental Before the Flood diciendo esto ante sus simpatizantes, una postura escéptica ante el cambio climático muy diferente a la de Barack Obama, que siempre se mostró a favor de las energías renovables.

Así, la política energética de la próxima administración pretende favorecer en mayor medida a los combustibles fósiles. “En su campaña, Trump habló mucho de la importancia de bajar el nivel de regulación en los hidrocarburos. En los Estados Unidos hay mucha tierra que está bajo control federal, y Obama puso más restricciones sobre estos terrenos. Ahora quizá Trump quiera quitarlo para hacer más fracking (la técnica empleada para extraet gas shale)”, apunta Jeremy Martin, director del programa de Energía del Institute of America, un centro de estudios especializado en temas de América Latina.

Lee: La lucha contra el cambio climático: de la euforia a la incertidumbre por Trump

Este viro hacia una política a favor de los hidrocarburos puede afectar de manera indirecta a los esfuerzos del gobierno mexicano por impulsar las energías renovables en el último año, donde ha obtenido éxito en las subastas de proyectos eléctricos, donde han predominado las energías solares.

Pero cambiar la regulación para poder extraer más gas natural en Estados Unidos también puede favorecer que los precios de este combustible se mantengan por debajo de los dos dólares por más tiempo, apunta John Padilla, director gerente de la consultora IPD Latin America. “El tema de energía es algo que la administración de los Pinos debe usar como un punto de fuerza, porque estamos ante una relación ganar-ganar para ambos países”, opina.

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Las importaciones de gas natural desde Estados Unidos se dispararon 32% en los primeros ocho meses de este año frente al mismo periodo de 2015, y en agosto tocaron un récord al menos desde 1973, con cerca de 4,190 millones de pies cúbicos al día, según datos del Departamento de Energía de Estados Unidos.

Dependencia del gas estadounidense

La actual administración de Enrique Peña Nieto apostó por incrementar el uso del gas natural para la generación eléctrica del país, con el fin de aprovechar los bajos precios del hidrocarburo en el sur de Estados Unidos.

La sed por este combustible, del que depende cerca del 50% de la electricidad que se genera en el país a través de las plantas de ciclo combinado, se quintuplicó entre 2010 y 2016.

Pero el plan de impulsar los hidrocarburos y el carbón es muy desalentador para la lucha contra el cambio climático. Las emisiones de dióxido de carbono se incrementarán en 16%, equivalente a 3,400 toneladas, si Donald Trump gobierna por ocho años, frente a lo que habría sucedido con la ex candidata demócrata Hillary Clinton, asegura Carole Jaques, analista de la consultora energética Lux Research.

Al menos, el apetito de las petroleras estadounidenses por las licitaciones de campos mexicanos no debe verse afectado por Trump, dice Martin. La Ronda 1.4 de aguas profundas, donde ya ganaron proyectos empresas como ExxonMobil, Chevron y BP, es una prueba de ello.

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