Las interminables carreteras de México
Los recortes presupuestales han puesto en duda el cumplimiento de las metas del Plan de Infraestructura sexenal. No obstante, incluso las obras que están concesionadas y se construyen con recursos privados presentan avances mínimos, sobre todo en el sector carretero.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), al menos 11 autopistas y carreteras (con inversiones superiores a los 1,000 millones de pesos) tienen avances físicos inferiores al 50%, y en algunos casos incluso han superado el tiempo estimado de obras.
Los retrasos más grandes son en concesiones licitadas este sexenio, como la Atizapán-Atlacomulco, a cargo de OHL México; y la Cardel-Poza Rica y la Tuxpan-Tampico, que están en manos de Mota Engil. Las autopistas tienen avances de 1%, 4% y 8%, respectivamente, y suman inversiones por hasta 17,000 millones de pesos en conjunto.
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Otras vialidades como el Puente Internacional Guadalupe Tornillo también presenta avances físicos de 1%, sin embargo, la SCT dio a conocer que una parte ya fue inaugurada el año pasado, al igual que algunas otras obras, pese a que su portal no ha actualizado dichos avances. Hasta el momento, la SCT no ha respondido a la solicitud de información de Expansión.
En carreteras federales, los retrasos más significativos están en Oaxaca, donde la carretera del Itsmo y la que va a Puerto Escondido tienen avances de 48% y 52%, respectivamente, y llevan poco más de un año de retraso en su entrega.
El lento avance de las vialidades responde a problemas como la obtención del derecho de vía, problemas sociales, temas ambientales, presupuestales o incluso cambio de trazo debido a problemas técnicos encontrados, explicó Gustavo Arballo, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).
“Lo que hay que dejar claro son los criterios que sigue la Secretaría para determinar el avance de las obras, a veces hablan de avances importantes y no se ve nada construido, para nosotros no es un avance firmar los contratos”, explicó el empresario.
Un elemento fundamental en el cumplimiento de las metas de construcción y presupuesto es la planeación adecuada y un gerente de proyecto, agregó Arturo Bañuelos, vicepresidente ejecutivo de administración de proyectos y desarrollos de JLL México.
En el caso de la Atizapán-Atlacomulco, la concesión fue otorgada en 2014 y hasta finales del año pasado arrancó su construcción de forma intensiva. En febrero pasado, Sergio Hidalgo, director general de OHL México, dijo que no siempre resulta fácil iniciar obras de dicha magnitud con la rapidez esperada, además de que hubo cambios en el trazo. OHL México espera invertir hasta 4,000 millones de pesos en la vialidad durante 2017.
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Las vialidades de Oaxaca eran parte del portafolio de ICA. No obstante, temas sociales y la crisis financiera de la empresa han hecho más lento su avance. La SCT informó a finales del año pasado que que la carretera que va a Puerto Vallarta sería retomada por Fonadin para concluir su construcción.
Difícil cumplir con PNI
El cumplimiento de las metas del Plan de Infraestructura lucen complicadas, señaló Gustavo Arballo.
A lo largo de los últimos tres años, el gobierno federal ha hecho recortes presupuestales a causa de la baja que sufrieron los precios del petróleo y la recaudación por esta vía, lo que afectó al sector carretero.
“Hay que seguir de cerca para ver si se cumple el plan, yo creo que será difícil y algunas cosas quedarán pendientes”, dijo el presidente de la CMIC.
La caída de PIB de la construcción de obras de ingeniería civil, donde se incluyen las carreteras, se ha acentuado al inicio de 2017. Luego de que en 2016 cayera 9%, al primer bimestre de 2017 la caída era de 13%.