Transformación de la fuerza laboral en la era digital
Nota del editor: Bruno Juanes es socio responsable de Innovación y Manufactura en Consultoría de Deloitte en México.
La innovación ha sido un factor constantemente presente en el entorno laboral. En el pasado han existido rebeliones contra la modernización, como la de Ned Ludd, quien se manifestó en contra de la automatización de los telares, destruyendo y saboteando las instalaciones productivas para mantener el statu quo, y por el cual se acuñó el término luditas para todos aquellos en contra del cambio.
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Sin embargo, en la actualidad la Consultoría de Deloitte no ha identificado por ahora el resurgimiento de este grupo que se oponga a la Inteligencia Artificial, impresiones 3D o uso de drones, probablemente porque aún no se perciben como una amenaza inminente. Actualmente, el desempleo está en niveles relativamente bajos y el ritmo de desaparición de empleos a causa de la tecnología es el más bajo de los últimos 160 años.
nullEsto nos da tiempo para abordar el cambio de una manera razonada, adaptando los programas educativos para introducir el uso de nuevas tecnologías junto con el concepto de exponencialidad en los modelos de negocio, que dejará de lado los planes estratégicos a cinco años, dado que la tecnología cambiará los modelos de negocio cada seis meses. Es decir, tenemos que ser más dinámicos y responsivos a los cambios en el mundo derivados de la cuarta Revolución Industrial, la del internet de las cosas.
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Hoy día, México cuenta con ingenieros preparados, buenas universidades, una cultura cada vez más fuerte de emprendedurismo y de deseo de conocimiento tecnológico. No solo las élites se encuentran informadas, el conocimiento ha comenzado a permear a distintas capas y posiciones sociales, y ahora se cuenta con una población muy joven abierta a nuevas tecnologías.
El gobierno tiene un plan trazado para implementar la manufactura 4.0. Sin embargo, este plan pudiera ser a demasiado largo plazo, considerando la evolución exponencial de la tecnología, y debería contar con mayores recursos que los que tiene actualmente, dada la importancia de la industria en México. En los países más avanzados, como Alemania y Estados unidos, desde hace más de 14 años se han adoptado políticas públicas para el despliegue de la manufactura 4.0, desde programas de subsidios o reducciones impositivas, hasta la asociación de empresas con universidades para generar proyectos de investigación.
Otra característica de la actualidad es el acceso a la información, que permite prever los procesos de innovación, brindando la oportunidad para identificar los nuevos requerimientos de especialización y poder así capacitarse adecuadamente.
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Según el estudio Tendencias de Capital Humano 2017, de la Consultoría de Deloitte, uno de los principales retos en las organizaciones es el aprendizaje: En tiempo real, todo el tiempo. Las habilidades aprendidas se están volviendo obsoletas a un ritmo más rápido; sin embargo, también hay una variedad de recursos de aprendizaje efectivos y de bajo costo, por lo que la función de aprendizaje se está volviendo cada vez más estratégica para el cambio continuo de roles, responsabilidades y el desarrollo de capacidades.
La clave para esta transición radica en la voluntad de aprendizaje y la conciencia de que este proceso de innovación es real y tendrá un impacto en la forma de gestionar la operación. De la mano vendrá una cultura orientada a la absorción y adopción de nuevas tecnologías. En la mayoría de los casos no se cuenta con los perfiles necesarios en las organizaciones para abordar eficientemente los cambios. Ahora serán necesarios profesionales como: científico de datos, experto en IA, expertos en sensores y redes y ciberseguridad.
No solo se tratará de ofrecer suelo y mano de obra barata y resolver cuellos de botella y saturaciones en aduanas y puertos, también hay que estar preparados ante la ola de innovación inminente con ingenieros formados en 3D printing, expertos en sensorización, plataformas competitivas de captura de datos y tecnología cognitiva, y catalizar todo esto para la era que viene.
Ya existe un gran avance en innovación, y ésta no ha estado limitada por las capacidades técnicas ni tecnológicas, las cuales ya son viables, sino por parámetros de seguridad y responsabilidades. Por citar un ejemplo, ¿qué sucedería con un vehículo autónomo que a mitad del camino se le atraviesa un animal en carretera? El vehículo necesitaría tomar una decisión, ¿pero en función de qué criterios decidiría?
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Hoy en día, aún no están establecidos los parámetros y consideraciones a seguir, por lo tanto el vehículo podría seguir su camino embistiendo al animal o bien salirse del camino poniendo en riesgo a sus pasajeros. ¿Quién sería el responsable de la decisión? En muchos casos, la limitación al desarrollo de una tecnología no viene de la tecnología en sí, sino de otros aspectos, como los morales, emocionales o legales.
En conclusión, los avances en el campo de la robótica y reconocimiento de voz están conduciendo a la automatización de muchos empleos de poca cualificación, sin embargo, otras tecnologías como la visualización de datos y la analítica han propiciado el aumento de la contribución del razonamiento abstracto, incrementando el valor de estos trabajos. En otras palabras, las personas que tengan la capacidad de trabajar con máquinas cada vez más complejas y obtener de ellas valiosos resultados, serán las que prosperen.