Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Un 'OVNI' comunista abandonado en las alturas de Bulgaria

Aunque centenares de monumentos conmemorativos comunistas abandonados están esparcidos por los Balcanes, pocos son tan intrigantes como el del Monumento Buzludzha.
sáb 04 febrero 2017 06:20 AM
El OVNI
El OVNI La base tipo nave espacial parece salida de una vieja película de ciencia ficción. (Foto: Jarryd Salem para CNN)

A tres horas de Sofía, en el corazón de las montañas de los Balcanes, una carretera llena de baches se abre camino hasta el monte Buzludzha, lleva al llamado "Ovni de Bulgaria".

Ubicada en la cima de la colina, esta desconcertante estructura de hormigón puede verse desde kilómetros, inspirando una excitación ansiosa en aquellos que la miran por primera vez.

Una estrella roja, el símbolo del comunismo, mira por encima del valle desde lo alto de su torre de 70 metros de altura. La base tipo nave espacial parece salida de una vieja película de ciencia ficción. La referencia de ovni está justificada.

Nombrado oficialmente la Casa-Monumento del Partido Comunista Búlgaro, pero más conocido como el "Monumento Buzludzha", lleva atrayendo a exploradores urbanos de todo el mundo desde mediados de los años noventa.

Aunque centenares de monumentos conmemorativos comunistas abandonados están esparcidos por los Balcanes, pocos son tan intrigantes.

Lee: China erige una estatua gigante de Mao en una zona rural

Publicidad

El viaje al Monumento Buzludzha cruza pintorescas tierras de cultivo y aldeas bucólicas. Sin transporte público que conecte esta parte de Bulgaria, la única opción de los visitantes es buscarse su propio camino.

Zona de batalla

El Monumento Buzludzha no fue colocado al azar. Su sitio en el medio del paso de Shipka atestiguó una serie de batallas famosas entre los rebeldes búlgaros y el Imperio otomano en 1868.

Años más tarde, durante la guerra ruso-turca de 1877-78, un pequeño ejército finalmente derrocó a los otomanos en el monte Buzludzha, llevando a la independencia de Bulgaria.

Luego, el 2 de agosto de 1891, un grupo de hombres se reunió en la cumbre para crear el Partido Socialdemócrata de los Trabajadores Búlgaros, que más tarde se convirtió en el Partido Comunista Búlgaro.

El significado histórico del sitio llevó al gobierno a aprobar un gran monumento para celebrar la evolución comunista de Bulgaria. En 1981, tras casi ocho años de construcción, el monumento Buzludzha vio la luz.

Fue abierto al público y utilizado para celebraciones y eventos oficiales hasta que el colapso de la Unión Soviética ocasionó su cierre en 1989.

OPINIÓN: ¿El fin del comunismo tras la muerte de Fidel Castro?

Expuesto a los elementos, unos cuantos años sin mantenimiento bastaron para deteriorarlo. Hoy, un creciente número de viajeros intrépidos hacen la peregrinación para explorar este ruinoso santuario al comunismo.

El grafiti cubre el exterior, con pintadas como "nunca olvides tu pasado" y "disfruta el comunismo" garabateadas a la entrada, clausurada durante años.

Sala de ceremonias

Un circuito alrededor del exterior del edificio conduce a un agujero. Aquí, a riesgo propio, es posible que los intrusos accedan al interior del Monumento Buzludzha.

El interior es sobrecogedor y presagioso. La basura y los escombros salpican el suelo y cada paso resuena en las decadentes paredes. Una escalera rota conduce al enorme auditorio, originalmente llamado Sala de Ceremonias.

La sala circular está rodeada por más de 500 metros cuadrados de intrincados mosaicos. Las efigies de famosos políticos búlgaros, así como Engels, Marx y Lenin, vigilan la sala.

El techo se ha derrumbado con el paso de los años, permitiendo que la lluvia, la nieve y la luz penetren en el edificio.

El centro del techo soporta otro gran mosaico del emblema icónico del martillo y la hoz. Con el tiempo, también podría colapsar.

Lee: La Guerra Fría se muda a la red y los países occidentales apenas se dan cuenta

Sobre la sala está el anillo exterior, con más mosaicos y vistas sobre el paso de Shipka. Al avanzar por el corazón del monumento se llega a una serie de túneles y habitaciones de servicio, a menudo ahogadas en agua de lluvia, escombros y telas de araña.

Si sigues explorando encontrarás un estrecho pasaje que conduce a la torre. Hacia el final un viejo astil se eleva verticalmente a lo desconocido, mientras que, ocultos a la izquierda, hay escaleras y escalones que suben.

Aquí es donde la oscuridad comienza. Armados con una antorcha y avanzando con ciego tanteo, es posible subir las escaleras oxidadas hacia las profundidades de la torre.

Reliquia moribunda

La luz del día finalmente empieza a llenar el espacio, filtrándose desde las estropeadas estrellas comunistas. Hay fragmentos de vidrio por doquier, rotos por los saqueadores a quienes al parecer les dijeron que las estrellas estaban hechas de rubíes.

Los decrépitos sistemas de ventilación ocupan los niveles superiores antes de alcanzar una boca de acero que permite el acceso a la cima expuesta de la torre.

Las vistas sobre las montañas de los Balcanes son sensacionales y, para aquellos sin miedo a las alturas, subir el viejo y frágil andamiaje y llegar al borde de la pared de la torre es una experiencia emocionante.

Si resta energía para el descenso, los peregrinos pueden detenerse en los dos puños de hierro que sostienen antorchas al pie del Monte Buzludzha, y luego dirigirse hacia el cercano Memorial Shipka, dedicado a las batallas que tuvieron lugar en el pasado.

Para un paseo más cultural, la iglesia conmemorativa de Shipka con su arquitectura ortodoxa rusa es una parada digna antes de regresar a Sofía o a la ciudad de Plovdiv.

El futuro del Monumento Buzludzha es desconocido. Guardias de seguridad han estado monitoreando la propiedad en los últimos meses, negando el acceso a aquellos que tratan de colarse al interior.

Muchas personas dicen que debe convertirse en un museo, y hay planes para crear un proyecto de restauración que salvaría la estructura.

Lee: La restauración de la Muralla china, ¿la peor del mundo?

Por ahora el monumento permanece en la cima del Monte Buzludzha, marchitándose como una reliquia moribunda del trágico pasado comunista de los Balcanes.

Ya sea restaurado o dejado al abandono el intrigante ovni de Bulgaria seguirá atrayendo a exploradores urbanos durante muchos años por venir.

Jarryd Salem es un escritor de viajes freelance que desde 2007 busca la aventura y la cultura en destinos poco conocidos. Puedes encontrar más de sus historias e imágenes en NOMADasaurus.

No te pierdas de nada
Te enviamos un correo a la semana con el resumen de lo más importante.

¡Falta un paso! Ve a tu email y confirma tu suscripción (recuerda revisar también en spam)

Ha ocurrido un error, por favor inténtalo más tarde

Publicidad
Publicidad