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¿Qué pasará con los rebeldes de las FARC luego del acuerdo de paz en Colombia?

Luego del pacto que puso fin a tres décas de conflicto, se deberá llevar a cabo la reintegración de cerca de 7,000 combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
vie 26 agosto 2016 07:31 PM

Tras el histórico acuerdo de paz dado a conocer el miércoles entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se pone fin al violento conflicto de más de medio siglo que cobró la vida de 220,000 personas.

Tras tres décadas de lucha, deberán reintegrarse unos 7,000 combatientes de las FARC, muchos de los cuales han pasado gran parte de sus vidad en guerra en la selva y las montañas.

El pacto permitirá a los guerrilleros dejar las armas y conformar un partido político para buscar el poder pacíficamente con votos.

"El mundo ha cambiado bastante, la tecnología está muy avanzada, tenemos que llegar a actualizarnos, tenemos que ir a la par del desarrollo", dijo César Gónzalez, un veterano combatiente que solo estudió hasta segundo año de primaria.

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Pobreza y abandono, los grandes desafíos

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El aislamiento y la pobreza de la zona van a ser difíciles de superar sin grandes inversiones en carreteras y servicios.

Los residentes tienen vacas, gallinas, cultivan granos y viven en ranchos de madera y tejas metálicas, sin servicios sanitarios, electricidad, hospitales y sin comunicaciones.

El desafío para implementar los acuerdos de paz y llevar progreso a zonas abandonadas por décadas será mayor por los altos costos que implica para una economía en desaceleración como la colombiana, debido a la caída de los precios internacionales del petróleo.

Ante el acuerdo los guerrilleros se muestran optimistas, pero admitieron estar dispuestos a regresar a la lucha armada si sienten que los pactos se incumplen o si sus líderes son asesinados.

"Si ya el gobierno empieza a incumplir esos acuerdos (...) pues necesariamente hay que volver a retomar las armas. No hay otra salida distinta después de que lo estén masacrando a uno", asegura Gabriel Méndez, un combatiente de 32 años.

"A los colombianos les han vendido una historia sobre nosotros: que somos diabólicos, pero no lo somos, queremos formar un partido político que nos permita luchar junto al pueblo", asegura Leiver Ramíres, jefe del frente 51.

Las FARC han utilizado la extorsión, el secuestro y el narcotráfico para financiar su guerra contra el Estado y proporcionar alimentos, ropa y armas a sus combatientes.

"Lo que tenemos es más que lo que la mayoría de la gente tiene en Colombia. Tenemos comida, estamos organizados, somos como una cooperativa", dice Amalfi, una combatiente de 28 años.

El acuerdo final aún debe ser firmado y validado por los colombianos en un plebiscito el 2 de octubre, que será la primera prueba de fuego para la paz en Colombia.

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