5 claves que México debe considerar para negociar con Donald Trump
El gobierno de Enrique Peña Nieto está por afrontar su más grande reto en materia de política exterior: negociar con la administración que Donald Trump encabezará en Estados Unidos a partir de este viernes.
El panorama ya lo ha delineado el propio Trump: renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), poner impuestos especiales a empresas que tengan sus plantas en México e importen productos, construir un muro fronterizo por el cual México deba pagar y realizar deportaciones masivas de migrantes indocumentados.
De cara a estos temas —que pueden tener consecuencias políticas, económicas y sociales en México—, especialistas en relaciones internacionales coinciden en que las autoridades mexicanas deben tomar en cuenta ciertos puntos si quieren llegar a la mesa con posibilidades de obtener buenos resultados con la nueva administración estadounidense.
Presentamos cinco claves que creen necesario considerar.
1. El equipo
El primer aspecto que se debe tomar en cuenta es conformar un equipo de negociadores sólido, dice Iliana Rodríguez, directora de Derecho y Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey.
“México necesita disponer de hombres y mujeres con la capacidad y el talante para fijar una posición frente a Estados Unidos y buscar equilibrios”, señala.
Lo anterior implica que el nuevo canciller, Luis Videgaray, se rodee de personas que conozcan de diplomacia y de la política estadounidense, en vez de solamente confiar en su cercanía con los colaboradores de Trump, insiste la académica.
Nueve días después de que Videgaray asumiera la cancillería —y a una semana de Trump llegue a la Casa Blanca, el 20 de enero—, el gobierno de México realizó sus primeros movimientos en la institución, al mover a Carlos Sada de la embajada en Estados Unidos a la Subsecretaría para América del Norte y proponer a Gerónimo Gutiérrez como nuevo embajador en Washington, DC. Sin embargo, la nominación de Gutiérrez todavía debe ser ratificada por el Senado o, en su defecto, por la Comisión Permanente del Congreso.
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2. Las prioridades
Otro punto clave para México es definir cuáles son sus temas prioritarios y en cuáles está dispuesto a ceder. “En toda negociación, lo que se busca es que todos ganen, que es básicamente un quid pro quo. En ese sentido, México tendrá que saber a qué cosas renunciar y a qué cosas no, para mantener una relación sana con este gigante”, dice Rodríguez.
México y Estados Unidos comparten una frontera de más de 3,000 kilómetros, a lo que se suma que Estados Unidos es el principal socio comercial de México y que 36.9 millones de personas de origen mexicano —de las cuales 12 millones son migrantes— viven en territorio estadounidense, según cifras oficiales.
3. Los intercambios
Una vez definidas las prioridades, México puede estar en condiciones de determinar qué temas puede utilizar como “fichas de negociación”, explica Carlos Heredia, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
El gobierno de México, dice, tiene que prepararse para escenarios en donde los temas de la relación bilateral no estén confinados a sí mismos, sino que pudiera presentarse un escenario de negociación cruzada, en el cual una concesión para México en el TLCAN pudiera presentarse como el intercambio de un apoyo de México a Estados Unidos.
“Quizá en este rubro del TLCAN, nos topemos con que podemos tener algunas fichas de negociación que son de otro ámbito, en el migratorio o de la cooperación en materia de seguridad", señala el profesor.
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4. Preparación y salarios
Heredia también advierte que, desde la entrada en vigor del TLCAN el 1 de enero de 1994, México ha apostado a ser competitivo en la atracción de inversiones por lo barato de su mano de obra. Sin embargo, dice el especialista, esto debe cambiar ante los reclamos de Trump y sus exigencias de que las compañías estadounidenses instalen sus plantas ahí y no en territorio mexicano.
Ahora, insiste Heredia, México tiene que hacer un giro de 180 grados y apostar por atraer inversionistas por la calidad de sus trabajadores, lo que implica tanto prepararlos mejor como abrir la puerta a que ganen más.
“México tendrá que hacer un viraje a la política de contención salarial que ha seguido durante décadas, cifrando la competitividad en los bajos salarios, para pasar a una política de desarrollo del capital humano, de desarrollo de la fuerza de trabajo, de inversión en técnicos profesionistas, obreros calificados”, dice.
5. Pensar en lo peor
Por último, los especialistas coinciden en que México no debe bajar la guardia frente a Estados Unidos, sino tener en mente el peor escenario y preparase para enfrentarlo.
“Tenemos que estar preparados para todos los escenarios: escenarios de confrontación, escenarios de conflicto, escenarios de acuerdo. Me parece precipitado decir, antes de que empiece el gobierno del señor Trump, que no habrá conflicto, porque no sabemos qué es lo que viene”, dice Heredia.
Más aún, la catedrática del Tecnológico de Monterrey considera que México tendría que prepararse con una visión de largo plazo, pues es posible que las negociaciones con Trump no sólo se extiendan durante los dos años que le quedan a la administración de Peña Nieto —que termina en diciembre de 2018—, sino que lleguen a la del próximo presidente mexicano.
“Sin duda, entraremos en un impasse donde tendremos que estirar la cuerda lo más que se pueda para lograr equilibrios en las negociaciones que están por llegar”, dice la experta, a pocos días de que Trump ocupe la Casa Blanca.