La autoconstrucción 'derrumbó' Xochimilco

Al caminar por las calles de San Gregorio y Santa Cruz, en Xochimilco, da la sensación de estar dentro de una locación de una película de zombies: pavimentos levantados, postes roídos, escombros regados, edificios caídos, casas dañadas. Pero no es un set. El estado de las calles es resultado del sismo de 7.1 grados registrado el pasado martes 19 de septiembre.

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Según datos de la delegación, el saldo fueron 52 edificios derrumbados, 18 postes caídos y 200 viviendas dañadas en estos dos pueblos de Xochimilco. "El problema es que un gran porcentaje de las edificaciones que hay en esta zona son de autoconstrucción, es decir, que no pasaron por el ojo de un especialista", explica el arquitecto Carlos Cruz, director general de la constructora Marcha Diseño, Ingeniería y Construcción.

“Todas las construcciones deberían estar sustentadas en un proyecto arquitectónico y un plano estructural, que es donde viene la descripción de todos los elementos constructivos. La principal razón por la que se caen los edificios es que quienes lo construyeron no tienen los conocimientos, como distribución de pesos, comportamiento de los materiales y sistemas constructivos, para hacer una vivienda”, agrega.

Por ejemplo, para que un muro de carga resista, es recomendable que cada tres metros haya un castillo. También la cimentación debe hacerse en función del tipo de suelo sobre el cual se va a construir.

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“A veces en el afán de ahorrar unos pesos, la gente pone en riesgo su patrimonio”, dice Cruz. No obstante, según este especialista, al final la mayoría de las personas gastan entre 30% y 35% más cuando autoconstruyen, pues suele emplearse más material y el tiempo de la obra también es mayor. "Además, si hay algún problema posterior con la construcción nadie te respalda".

La familia Gutiérrez, por ejemplo, tendrá que invertir alrededor de 50,000 pesos para reparar su casa en Santa Cruz Acalpixca, construida hace 28 años por Don Joaquín, un albañil independiente.

Si bien la casa de dos niveles no presenta daños estructurales, tiene grietas en los muros y los pisos, así como desprendimientos de losetas y tirol. “No tenemos seguro. Del coche sí, porque está la posibilidad de que en algún momento puedes chocar. Pero jamás nos pasó por la cabeza que la casa se pudiera caer”, dice Carlos Gutiérrez, uno de los habitantes de la vivienda.

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La casa de enfrente, propiedad de la familia Alquicira, no corrió con la misma suerte.

Según el dictamen de Protección Civil, tendrá que ser derrumbada, pues resultó afectada, ya que no tenía cimientos y los muros estaban asentados únicamente sobre un firme (una capa de concreto).

El jueves pasado, la familia Alquicira cargó tres camionetas con sus muebles rumbo a la casa de un familiar. Ahora, dicen sus propietarios, esperan la ayuda prometida por el gobierno para la reconstrucción.