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OPINIÓN: Las razones del 'brexit', lo que realmente decidirán los británicos

Las consecuencias que traería una posible salida del Reino Unido de la Unión Europea, serán significativas para ambos lados.
mié 22 junio 2016 07:00 AM
Los ciudadanos británicos votarán este jueves por la independencia de su país del bloque europeo.
'Brexit' Los ciudadanos británicos votarán este jueves por la independencia de su país del bloque europeo. (Foto: Dan Kitwood/Getty Images)

Nota del editor: Francisco Noriega es colaborador de Grupo Expansión.

(Expansión)— El referéndum que se celebrará este jueves 23 de junio, donde los británicos decidirán si continúan en la Unión Europea (UE) o salen de ella, tiene raíces y consecuencias más allá de esta consulta.

En caso de que el resultado del brexit –vocablo que sintetiza la frase “British exit” (salida británica)– apruebe la escisión, se abrirían varios caminos inciertos para la Comunidad Europea, lo mismo que para el Reino Unido, que van desde el plano económico hasta los criterios de inmigración, pasando desde luego por temas políticos y de la esencia misma de la Unión Europea.

Antes de entrar de lleno a las consecuencias, hay que recordar la razón de existir del bloque europeo. Las dos guerras mundiales se originaron por disputas políticas de la región y convirtieron al continente en el mayor campo de batalla de la historia. Para evitar los lastres económicos y sociales de esas épocas, creció el interés de crear una nación europea unificada, con un ADN enfocado en el desarrollo económico de los países, con igualdad laboral para sus ciudadanos y el fortalecimiento de la interlocución comercial de las empresas de la región con el resto del mundo.

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Desde su formación en 1951, el bloque que inició con 6 naciones se ha ampliado en siete ocasiones formando un club de países donde los fondos estructurales y de cohesión han reducido las disparidades socioeconómicas y han promovido el desarrollo sobre todo en Europa del Este y países como España y Portugal.

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Aún hoy “hay fila” para ingresar a este club. Albania, Macedonia, Montenegro, Serbia y Turquía son candidatos a incorporarse a la UE, mientras que Bosnia-Herzegovina y Kosovo son candidatos potenciales a adherirse al bloque europeo. Y la tendencia marca un interés por que más países ingresen a la UE, por lo que una eventual salida de Reino Unido podría revertir el objetivo mismo de la creación del bloque.

En el plano económico un voto mayoritario por el “Sí” al brexit, agravaría la herida que la Unión Europea ya tiene por tratar de controlar una crisis económica en su zona de moneda única debilitada por la economía de naciones como Grecia y España.

En el flanco político se abriría la puerta a que otros países ‘menos integrados’ como Irlanda o Dinamarca (el primero no comparte el libre tránsito del Espacio Schengen; y el segundo no usa al Euro como moneda, por decisión propia) tendrían un precedente jurídico para ‘limitar’ aún más su integración u optar por separarse de la Unión, algo que se contempla desde la firma del Tratado de Lisboa, que entró en vigor en diciembre de 2009.

Desde el punto de vista social, los numerosos ciudadanos comunitarios residentes en el Reino Unido de inmediato perderían los beneficios de buscar o tener empleo en aquel país, sin necesidad de permiso de trabajo, así como tener elementos de cobertura sanitaria y de seguridad social.

El impacto no es sólo para la Unión Europea, del lado británico las consecuencias también son significativas.

nullLa salida británica de la UE provocaría que surgieran con mucha fuerza las demandas para un nuevo referéndum sobre la independencia de Escocia –cuyos ciudadanos son en su mayoría simpatizantes de la ciudadanía comunitaria– ante el ejemplo secesionista de la propia Gran Bretaña, que perdería de esta forma soberanía sobre uno de sus cuatro territorios (que completan Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte).

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Otra consecuencia para la corona inglesa es que sus empresas perderían el libre acceso a los beneficios arancelarios y de negociación del mercado común; en tanto que sus ciudadanos ya no podrían estudiar, vivir, trabajar y jubilarse en cualquier país de la Unión, sin necesidad de permisos, visados y otros requisitos para extranjeros.

No todas serían consecuencias negativas para el Reino Unido. En el terreno político y fiscal podría liberarse de ciertas obligaciones a las que se somete al formar parte del bloque.

La Oficina Nacional de Estadística británica estima que unos 265,000 ciudadanos comunitarios emigraron a la isla británica entre junio de 2014 y junio de 2015, muchos de ellos provenientes de países de reciente ingreso a la UE, como Polonia y Rumania. Liberarse de la “obligación” de absorber cargas sociales de educación, salud, seguridad social, le facilitaría a la corona británica recursos para dotar de empleo a sus propios ciudadanos.

En los últimos años, enfrentar de manera coordinada la amenaza del terrorísmo, fue una bandera de cohesión para los países europeos. Sin embargo, esto va un poco a contracorriente del ADN de la política exterior británica, mucho más cercana a su pasado aristócrata y colonial (como bien lo saben los países de la Commonwealth), que a la estrategia de de derechos humanos y puertas abiertas a refugiados como ocurre hoy en la Unión Europea, liderada de facto por Alemania.

Por ahora, las perspectivas son inciertas. De acuerdo a The Economist, los sondeos entre la población británica indican que 44% está a favor de votar por el sí al brexit versus 42% que está por la no separación. El veredicto final dependerá en exclusiva de 10% de los británicos que están indecisos.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Francisco Noriega.

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