OPINIÓN: El 'tabú' de los inversionistas que podría robustecer sus estrategias
Nota del editor: Iván Barona González estudió Administración y Finanzas en la Universidad Panamericana. Comenzó su carrera en GBM Grupo Bursátil Mexicano en 2004 como analista de vivienda y luego se enfocó en la cobertura del sector de infraestructura. Desde 2012 ocupa el cargo de Director de GBMhomebroker. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión) — Históricamente se han generado un sin número de estilos o escuelas de inversión, pero son dos las grandes divisiones que han dominado: el análisis fundamental y el técnico.
El análisis fundamental basa las decisiones de inversión en las características, desempeño y expectativas de la empresa, con lo que se asigna un valor teórico a las acciones y se buscará participar cuando el precio de mercado esté por debajo de este “valor”. Dicho valor está expuesto a una gran cantidad de variables macro, como los tipos de intereses, paridades cambiarias, cambios en precios de commodities, mejoras tecnológicas, tendencias en industrias, regulaciones, entre otras.
El análisis técnico, en ocasiones, suele ser tratado como tabú. Las proyecciones en el precio de una emisora o activo financiero, con base en figuras geométricas, suelen desatar debate entre escépticos y da pie a desacreditaciones.
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Lo cierto es que la validez del análisis técnico se puede reflejar pragmáticamente, es decir, hay quienes lo consideran como cierto dado que funciona.
Tras incursionar en el mismo como un escéptico que comenzó su carrera profesional en un área de análisis fundamental y mantiene como libro de cabecera The Intelligent Investor de Benjamin Graham, traté de entender dónde radicaba la asertividad de este tipo de análisis.
Partiendo que la gráfica de precios en cada punto refleja el perfeccionamiento de una gráfica de oferta y demanda, concluimos que el trazo de una gráfica de precios refleja las necesidades de distintos miembros del mercado. La existencia de diferentes tipos de inversionistas alimenta la continuidad en la generación de precios y dotan de liquidez al mismo.
Los movimientos en los precios de las acciones tienen un sesgo con la psicología de los inversionistas, así como otros factores tan diversos como sus propios horizontes de inversión.
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Un ejemplo sencillo puede verse en factores como la definición de soportes y resistencias. Conocemos como soporte a un nivel de precios donde los inversionistas ya no están dispuestos a vender, o la demanda de los compradores es suficiente para captar la oferta existente. Entiéndase como un límite inferior. En ocasiones, estos soportes —y sus antagonistas: las resistencias— coinciden con números cerrados. Es decir, responden a la pregunta, ¿a qué precio pensarías comprar? Donde alguien podría decir: compraría una vez que caiga a 10.00 pesos . En ocasiones, preguntas análogas convergen en estos niveles por temas psicológicos o de comportamiento y es donde se ven aumentos en volúmenes.
Como este ejemplo se pueden entender comportamientos como: compro cuando ajuste a su promedio móvil, cuando salga del canal bajista o cuando un oscilador llegue a un nivel.
Aún dentro del mismo análisis técnico existe una gran variedad de estilos, hay quienes siguen tendencias —compran si sube— o quienes operan buscando swings —compran si han caído, asumiendo que un soporte anticipará el rebote.
La realidad es que existen gran variedad de herramientas técnicas que están al alcance de los inversionistas para robustecer las estrategias.
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A un analista fundamental puede servirle el análisis técnico para determinar un momento oportuno de compra. En mercados laterales uno podría beneficiarse al entrar y salir de manera eficiente de una emisora que tiene potencial o valor teórico alto. O bien determinar puntos para aprovechar la acumulación en ajustes proyectados.
A pesar de parecer defender ideas opuestas, pareciera que tanto técnicos como fundamentalistas suelen ver, aunque sea de reojo, lo que hace el vecino en la acera del frente.
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En alguna ocasión, el maestro Aswath Damodaran, uno de los mayores referentes en el ámbito doctrinal de las finanzas bursátiles comentó: no debes sentirte como un poseedor de la verdad absoluta por hacer análisis fundamental, lo importante es que el sistema que uses lo uses bien y te funcione.