OPINIÓN: Trump y Clinton perdieron su última oportunidad de sanar el país
Nota del editor: Errol Louis es el anfitrión del programa político nocturno "Inside City Hall", emitido por el canal de noticias neoyorquino NY1. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente suyas.
(CNN) – Ni siquiera un banquete diseñado específicamente para descansar de los avatares de la campaña electoral pudo evitar que Donald Trump y Hillary Clinton se agredieran el jueves por la noche en la cena de la Alfred E. Smith Memorial Foundation, una elegante reunión que por tradición congrega a los rivales políticos para una noche de sana convivencia.
La cena en Nueva York se utiliza como una manera de indicar públicamente que los políticos en la democracia estadounidense son adversarios temporales, no enemigos permanentes, y que los líderes comparten los valores que ayudan a mantener unido el sistema.
OPINIÓN: El desempeño de Clinton y Trump en los tres debates
Desde la primera cena en 1945, casi todos los candidatos presidenciales han asistido al evento formal en el lujoso Hotel Waldorf-Astoria. La cena fue nombrada así en honor a Al Smith, el amado gobernador demócrata de Nueva York que fue el primer gobernador católico del estado y el primer candidato de esa confesión religiosa en postularse a la presidencia por un partido importante.
El propósito oficial de la cena es recaudar dinero para ayudar a las familias pobres de la Arquidiócesis Católica de Nueva York (la cena de este año recaudó un récord de 6 millones de dólares) y demostrar que el compromiso con la caridad trasciende la política del momento.
OPINIÓN: ¿Qué hizo mal Donald Trump en el tercer y último debate?
Hace cuatro años, el republicano Mitt Romney y el demócrata Barack Obama pusieron la nota con la clase de brindis desenfadado que suele ser lo más destacado de la cena.
"Nunca sugiero que la prensa está sesgada", dijo Romney en aquella ocasión. "Reconozco que tienen su trabajo que hacer y yo tengo mi trabajo que hacer. Mi trabajo es presentar una visión positiva para el futuro del país. Y su trabajo es asegurarse de que nadie más se entere de ello".
OPINIÓN: 'Round tres': nocaut técnico de Clinton
Obama hizo un comentario similar: "El día de hoy me fui de compras por algunas tiendas en Midtown. Entiendo que el gobernador Romney fue a comprar las propias tiendas de Midtown".
Ese tono estaba muy lejos del humor cáustico que usaron Trump y Clinton, que en realidad cosechó algunos abucheos.
Las cosas se torcieron cuando Trump llamó a Clinton "tan corrupta", y prosiguió "Aquí está en público, fingiendo que no odia a los católicos". Algunas personas en la audiencia comenzaron a abuchear.
OPINIÓN: ¿Qué tanto afectó a los mercados la candidatura de Donald Trump?
Cuando le tocó el turno a Clinton, no se quedó atrás. "Después de escuchar tu discurso, también voy a disfrutar escuchar a Mike Pence (compañero de fórmula de Trump) negar que lo diste", dijo Clinton.
"Me sorprende estar aquí", expresó Clinton en otro momento. "No creí que él estuviera de acuerdo con una transición pacífica del poder".
Fue una oportunidad perdida para ambos candidatos, una oportunidad para demostrar que son más que meros gladiadores políticos, constantemente sedientos de combate. A partir de enero, cuando el próximo presidente asuma el cargo y comience la difícil e ingrata tarea de construir alianzas y lograr la aprobación de leyes, él o ella recordará la cena Al Smith con nostalgia, como una oportunidad perdida para iniciar la curación de una nación amargamente dividida.
Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión