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OPINIÓN: Reformas estructurales, la clave para un mejor índice de competitividad

México debe seguir fortaleciendo el Estado de derecho, al tiempo que asegura que las reformas estructurales se traduzcan en un crecimiento con un mayor impacto en las cadenas productivas locales.
vie 18 noviembre 2016 11:00 AM
Reformas para ascender
Reformas para ascender la oportuna y eficiente implementación de las reformas estructurales es crucial para que el país sea un destino propicio para la inversión. (Foto: Fairfax Media/Fairfax Media via Getty Images)

Nota del editor: Olaf Sandoval es analista senior económico de GBM Grupo Bursátil Mexicano, y Julio Márquez es analista económico internacional de GBM Grupo Bursátil Mexicano. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de sus autores.

(Expansión) — En días recientes, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en colaboración con otras reconocidas instituciones gubernamentales, académicas, y de la cúpula empresarial, publicaron el Índice Nacional de Competitividad 2016 (INC), cuyos primeros resultados son positivos, con un crecimiento en la productividad en la economía mexicana en cuatro de los últimos cinco años y una tasa de crecimiento acumulada de 4.9% entre 2010 y 2015.

Si observamos el desempeño de sus componentes, encontramos que las mejoras en la productividad fueron impulsadas por el 86% de éstos.

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Dentro del desempeño por subíndice, resulta importante destacar los avances observados tanto en el financiamiento de la banca de desarrollo al sector productivo, como en el fortalecimiento del marco legal y las mejoras en las remuneraciones de los trabajadores nacionales. Asimismo, los avances registrados en materia de salud, innovación, propiedad intelectual y en patentes también fueron sobresalientes.

En cuanto a la legitimidad de los resultados arrojados por éste esfuerzo conjunto, éstos estuvieron en línea con lo observado en la última publicación del Índice de Competitividad del Foro Económico Mundial (WEF) , en el que México no solo logró ubicarse en su mejor posición de la última década (lugar 51 de 138 países), sino que, además, estuvo dentro de las primeras diez economías con mayor crecimiento en productividad en el mundo.

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Entre los principales elementos que el WEF resaltó sobre la economía mexicana están: los aumentos en la eficiencia del mercado doméstico, resultado de mayores niveles de competencia y de las reformas en la política comercial, y mayores niveles de penetración bancaria y financiera.

Si bien los resultados del INC 2016 indican que México va en la dirección correcta, en materia de productividad, creemos que la oportuna y eficiente implementación de las reformas estructurales es crucial para que el país continúe mejorando a fin de mantenerse como un destino propicio para la inversión.

Dentro de las áreas de oportunidad que enfrenta el país para mejorar la productividad, el componente de instituciones, relacionado con el Estado de derecho, fue el único elemento que mostró un deterioro durante el periodo.

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Según el INC, el desgaste en las instituciones de México se explica por elementos que van desde el aumento en las víctimas del delito y el mayor gasto de los hogares para prevenir la delincuencia, hasta el encarecimiento de los permisos de construcción y el mayor tiempo para denunciar un delito en el ministerio público.

En éste sentido, México debe seguir trabajando en el fortalecimiento del Estado de derecho, al tiempo que debe asegurar que las reformas estructurales se traduzcan en un crecimiento con un mayor impacto en las cadenas productivas locales, ante lo cual la profesionalización de su fuerza laboral resulta indispensable.

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