OPINIÓN: Se buscan soluciones a la gran transformación (y a Shakira)
Nota del editor: Alberto Bello es director Editorial de Negocios de Grupo Expansión. Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor.
(Expansión) – Las inauguraciones suelen ser grandilocuentes. Cualquier evento se llama a sí mismo “histórico” para hacer sentir a los participantes que contribuyen a algo supercool. Pero difícilmente se puede discrepar con lo que dijo ayer Klaus Schwab, el emprendedor que desde hace 47 años organiza encuentros anuales en los Alpes suizos para discutir el estado del mundo.
“Nos encontramos aquí en un momento extraordinario de la historia”, dijo en la inauguración de la reunión anual del Foro Económico Mundial, como siempre impecablemente vestido, como siempre impecablemente lúcido a sus 78 años. “La transformación disruptiva”, dijo, está arrasando “modelos de de negocios, economías, la sociedad, la política”.
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En este pueblo rodeado de heladas montañas, los participantes van de sede en sede tratando de encontrar un hueco en sesiones saturadas, y de no resbalar con la nieve de las calles que este año están a 15 grados bajo cero.
Schwab aspira a que también de aquí salgan respuestas e ideas que transformen esa realidad. Es una ambición con sustento: desde este foro se difundieron ideas como el de stakeholder, el crecimiento sustentable, la revolución digital o el crecimiento desde la base de la pirámide.
Cuatro son los “pilares” sobre los que se construye la conversación en Davos este año:
El primero, los retos para salir del crecimiento, ante una Europa estancada, una China en desaceleración y un Estados Unidos a punto de dar un “de reversa, mami” a lo que propuso en su política exterior, comercial desde la Segunda Guerra Mundial.
Esto implica hablar del crecimiento inclusivo, la generación de empleos para los más jóvenes y la reinvención del crecimiento. Sin duda, y esa es una gran virtud, Schwab y los cientos de personas que lo apoyan son esencialmente optimistas sobre el futuro, y están dispuestos a dedicar recursos y mucho tiempo a buscar caminos positivos para canalizar los problemas.
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El segundo pilar de discusiones tratará las deficiencias del capitalismo, y buscará cómo reconstruir el “pacto social”. Es responsabilidad de todos mirar por el largo plazo, viene a regañar el Foro a quienes olvidan el concepto de sustentabilidad.
En el tercero se profundizará en lo que el año pasado se bautizó “La cuarta revolución industrial”, esa combinación de la transformación digital, la robótica, el internet de las cosas, la impresión 3D o el big data.
Una reflexión sobre sus numerosas oportunidades, y sus grandes problemas. No lo dijo Schwab, pero es un sobreentendido que el brexit y la victoria de Trump son consecuencia directa de las grandes transformaciones de la tecnología y la globalización.
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nullEn el cuarto, Schwab propone para las grandes empresas globales y sus ejecutivos un liderazgo en un mundo multipolar y lleno de retos. El mundo exige un nuevo tipo de dirección por parte de las empresas, que no solo es reactivo sino creativo.
Paralelamente, por supuesto, habrá una gran presencia de los problemas humanitarios que vive el mundo: la crisis de los refugiados y los emigrantes.
Schwab dedicó unas sentidas palabras a la catástrofe de Aleppo en Siria. Y también hay lugar para la cultura. Uno puede encontrar en Davos a músicos y escritores. Por ejemplo Shakira, reconocida este año con un Crystal Award, el premio del Foro Económico, por promover la educación temprana de lo niños como fundadora a los 18 años la fundación Pies Descalzos y promotora de ALAS.
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Quien esto firma perseguirá como groupie adolescente un autógrafo para su hija pequeña, así de bien conoce Schwab el valor de la publicidad, pero siempre con un sustento sólido.
¿Y México? Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, canceló su visita ante la inminente toma de posesión de Trump. Quedará al frente de la delegación mexicana el secretario de Turismo Enrique de la Madrid, con experiencia bancaria y al frente quizá del único sector mexicano que, ante la devaluación del peso, está de fiesta.
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