OPINIÓN: ¿Cómo afecta al ecosistema la construcción de un muro fronterizo?
Nota del editor: José Rodríguez Moreno es director de la Maestría en Agroecología y Sistemas Alimentarios de la Universidad del Medio Ambiente (UMA). Las opiniones en esta columna expresadas son exclusivamente de su autor.
(Expansión) – La problemática ambiental no tiene fronteras. La región colindante México-Estados Unidos, la frontera más grande del mundo, incluye una región que por sus propias características está expuesta a una constante afectación ambiental.
La industrialización, el crecimiento poblacional, la falta de recursos federales, el uso inadecuado de recursos naturales, y las condiciones físicas, son algunos de los factores que contribuyen al deterioro del medio ambiente y la salud de las comunidades fronterizas, situación que se evidencia a partir de las condiciones actuales poco sostenibles de esta zona.
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La frontera es una región viva, cambiante y conflictiva donde se comparten problemas comunes, pero con apreciaciones e intensidades distintas.
Hablar de fronteras no es solo referirse a un determinado límite. Una frontera es también una región, lo cual significa que los problemas son parecidos y comunes en zonas geográficamente muy similares, a pesar de estar divididas por un muro.
nullUna frontera tiene habitantes que comparten un territorio y condiciones ambientales cargados de un imaginario y una simbología que les confiere una identidad propia, pese a estar divididos por una línea política.
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Históricamente, la transformación de la región, desde el punto de vista ambiental, demográfico y urbano no sólo conectó dos economías diferentes, adicionalmente puso en contraste dos patrones distintos de asentamiento y expansión que comparten el uso indiscriminado de los recursos naturales. En un primer tiempo, los conflictos y roces entre las dos naciones se debieron a asuntos relacionados con la posesión del territorio y el agua.
Otro aspecto ha sido la alteración en la continuidad ecosistémica de estas ecoregiones y de las especies que en ellos habitan, especialmente en las zonas donde se ha instalado el muro fronterizo que es una de las más complejas y dinámicas del mundo.
Esta zona incluye grandes desiertos, cordilleras, ríos, humedales, esteros y acuíferos compartidos. Tiene una variedad de zonas climáticas y cuenta con una notable diversidad biológica que cuenta con distintas especies endémicas, así como parques nacionales y áreas naturales protegidas.
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La Norma Oficial Mexicana y la Ley para la Preservación de Especies estadounidense reconoce la región como de alta fragilidad endémica y ha enlistado en la región a 60 especies amenazadas por las actividades humanas en la frontera. No solo los humanos migramos, la migración de otras especies es un proceso necesario para los ecosistemas, y el muro dificulta este tránsito.
¿Cómo puede afectarse el estado de los ecosistemas locales ante el cierre definitivo del muro de la frontera norte? Las evidencias de ese impacto ya pueden vislumbrarse a partir de los efectos comprobados antes señalados causados por la construcción de un tercio del muro.
El año pasado, 56 especialistas de ambos lados de la frontera se reunieron en el Colegio de la Frontera Norte para identificar y discutir los posibles impactos ambientales en caso de la construcción y el establecimiento del muro fronterizo entre Estados Unidos y México.
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Estos especialistas concluyen que el muro afectará el medio ambiente local en los siguientes aspectos:
1. Ocasionará alteraciones por el cambio de uso de suelo y remoción de la capa en una franja de 30 a 200 metros de ancho destinados para diversas actividades de construcción, operación y mantenimiento.
Estos impactos adicionalmente, tendrán asociados la emisión de partículas sólidas suspendidas, la emisión de contaminantes por la maquinaria utilizada para el movimiento de terracería y por las patrullas fronterizas, la compactación de suelos y la reducción de su capacidad de infiltración.
Tendrá como resultados inundaciones locales, cambio en la topografía y erosión del suelo, acumulación de residuos sólidos en el muro, alteración de los escurrimientos naturales de agua y destrucción de lamerías costeros para nivelar el terreno.
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2. A nivel de la fauna local ocasionará el bloqueo del tránsito natural de especies, la afectación a los movimientos migratorios de la fauna a diferentes escalas, la fragmentación de las poblaciones, la imposibilidad de mantener las metapoblaciones transfronterizas, las barreras al intercambio genético, con efectos más severos sobre poblaciones pequeñas, el decaimiento de la resistencia ecológica a variaciones ambientales como el cambio climático, y el cambio de conducta y de distribución de especies con hábitos nocturnos por la iluminación eléctrica y el uso de radares.
Dentro del conjunto de especies representativas que se verán afectadas están: jaguar (Panthera anca), ocelote (Felís pardialís), lobo mexicano (Canis lupus bailey!), oso negro (Ursus americanus), zorra del desierto (Vulpes velox), tejón (Taxidea taxus), perrito llanero (Cynomys mexicanus), puerco espín (Coendou mexicanus), borrego cimarrón (Ovis canadensis) , bisonte americano (Bison bison), el berrendo (Antílocapra americana), el guajolote silvestre (Meleagris gallopavo) y la codorniz de Moctezuma (Cyrtonyx montezumae), entre otros.
null3. Las principales afectaciones sobre la flora serán la remoción, fragmentación y efecto de borde sobre las comunidades vegetales, la pérdida del sustrato (erosión y compactación del suelo), la introducción y el establecimiento de especies invasoras, la interrupción de patrones biológicos como la dispersión y la polinización, que afectará el intercambio genético dentro y entre poblaciones.
Además de los efectos de la construcción del muro en la flora, se consideran los efectos de la iluminación, radares y otras medidas sobre los polinizadores y dispersores de propágulos, alteración de las comunidades vegetales por cambio de los flujos hídricos, y alteración del microclima (temperatura, humedad relativa, albedo, precipitación, corrientes de aire).
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Es evidente que en la relación general México-Estados Unidos, la atención de cuestiones relacionadas con el medio ambiente en la frontera no es algo prioritario para los gobiernos federales de ambos países, pareciera que el interés está focalizado en los aspectos económicos.
No obstante, si queremos preservar o mantener el estado de esta parte fundamental del acervo ecosistémico mexicano, una de las dos condiciones que nos hace enorgullecernos de ser uno de los cinco países megadiversos del mundo, tenemos que poner nuestra atención en minimizar los riesgos que plantea este nuevo escenario y diseñar e implementar acciones inteligentes y audaces, además de consensuadas, ante el nuevo reto geo-político que ya tenemos encima, la salud de este ecosistema ya en estado de fragilidad está en juego.
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