OPINIÓN: Negociar con Corea del Norte no es una opción
Nota del editor: Jonathan Cristol es miembro del World Policy Institute y del Centro de Compromiso Cívico del Bard College. Puedes seguirlo en @jonathancristol . Las opiniones expresadas aquí son exclusivamente suyas.
(CNN) – La elección de Moon Jae-in como presidente de Corea del Sur tiene el potencial de trastocar la relación de Estados Unidos con un aliado regional clave. Moon no parece compartir la línea dura hacia Corea del Norte de sus predecesores recientes y busca una mayor distancia y autonomía de Estados Unidos.
Se dice que no está a favor de las sanciones y ha pedido la reapertura del complejo industrial de Kaesong, que proveyó de empleos y dinero a los norcoreanos. También es posible que abogue por un regreso a las conversaciones encaminadas a poner fin al programa nuclear de Corea del Norte, aunque ha dicho que no lo haría unilateralmente.
El presidente estadounidense Donald Trump no tiene una política real para Corea y ha hecho muchas declaraciones esquizofrénicas sobre ambas Coreas, no obstante sí tiene una larga historia de abogar por las negociaciones con Kim Jong Un.
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Es tentador examinar el reciente Plan de Acción Integral Conjunto entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, más Alemania e Irán, también conocido como "el acuerdo de Irán", como modelo para las negociaciones nucleares con Corea del Norte. Sin embargo, las situaciones no son comparables, y las negociaciones con Corea del Norte tienen una probabilidad de éxito mucho más baja.
Irán llegó a la mesa por dos razones principales. La más obvia, pero acaso no la más importante, era la batería de sanciones paralizantes contra el régimen impuestas por la administración de Obama y el Consejo de Seguridad.
Estas sanciones eran efectivas, porque eran integrales y porque el gobierno iraní se preocupa por su propio pueblo y es receptivo. Estas condiciones no aplican para Corea del Norte, que no tolera ninguna disensión y está dispuesto a dejar que cientos de miles de sus ciudadanos mueran de hambre para asegurar la supervivencia del régimen.
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Quizá lo más importante, en los años previos al inicio de las negociaciones en Omán, disminuyó la percibida necesidad de Irán de armas nucleares. En 2007, Estados Unidos tenía más de 195,000 soldados en estados que limitaban con Irán y acababa de invadir a dos de sus vecinos.
Pero para el 2014, el volumen de las tropas estadounidenses habían disminuido a poco más de 34,000, y Estados Unidos claramente estaba cansado de la guerra y no deseaba invadir otro país del Medio Oriente. La amenaza percibida que Estados Unidos representaba para Irán había disminuido y, por lo tanto, las negociaciones eran más aceptables desde el punto de vista político para Irán.
nullLa necesidad percibida que tiene Corea del Norte de armas nucleares nunca cambiará. A diferencia de la presencia estadounidense en las fronteras de Irán, Corea del Sur y Japón estarán allí para siempre. El poderoso ejército surcoreano siempre dirigirá su mirada a la zona desmilitarizada en el norte. Y aunque el compromiso de Estados Unidos con Corea del Sur pueda ser, tras una serie de tuits de Trump, más débil de lo que ha sido en años, la alianza militar entre Estados Unidos y Corea del Sur sigue siendo fuerte.
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Irán no tiene un historial de romper compromisos con Estados Unidos. Esto no quiere decir que sean un buen agente o una fuerza positiva en asuntos internacionales, pero a diferencia de las negociaciones norcoreanas, Irán ha actuado hasta ahora de buena fe.
Es cierto que los iraníes no se adhieren al espíritu de sus compromisos, pero en última instancia han cumplido sus compromisos. Corea del Norte, por otra parte, tiene un perfecto historial de violar los acuerdos que hizo con respecto a su programa nuclear en 1994, 2005, 2007 y 2012. ¿Por qué confiar en ellos ahora?
Y análogamente, ¿por qué Corea del Norte confiaría en Estados Unidos? En 2003, Estados Unidos firmó un acuerdo con Muamar Gadafi de Libia para eliminar su programa de armas de destrucción masiva. Ambos cumplieron con ese acuerdo y compartieron inteligencia que llevó a la desintegración de la red A.Q. Khan. Luego, en la primera oportunidad, Estados Unidos ayudó al derrocamiento de Gadafi.
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Por último, quizás la diferencia más importante entre Irán y Corea del Norte es que Corea del Norte tiene efectivamente armas nucleares mientras que Irán no las tenía. Hay pocos casos en los que las naciones renunciaron a sus armas nucleares. Desafortunadamente, uno de ellos fue Ucrania, que renunció a sus armas a cambio de una garantía de su integridad territorial.
Kim sabe que un arma nuclear ofrece más protección a su régimen que un trozo de papel, y cree que necesita armas nucleares para sobrevivir. A menos que esas condiciones cambien, es muy difícil que las negociaciones con Corea del Norte tengan éxito.
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