OPINIÓN: El peso va del infierno al cielo, ¿y ahora?
Nota del editor: Roberto A. Ruarte es asesor en mercados financieros. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión) – El 4 de enero de este año por este mismo medio escribimos que 2017 representaría una inversión atractiva en dólar-peso y tasas mexicanas.
Es un buen momento para repasar este pronóstico que dimos en soledad solo cinco meses atrás. El dólar-peso estaba en niveles de 20.60 y dijimos que si bien podría existir un susto final del dólar hacia 22-23.30 (que finalmente ocurrió), el 2017 mostraría una historia muy distinta de 2016 y apostamos por la apreciación no depreciación del peso mexicano.
En dicha nota, por este mismo espacio, dijimos que era posible ver el dólar por debajo de los 20 pesos en la época del presidente estadounidense Donald Trump e hicimos notar que perforado los 19.50, el peso comenzaría un largo camino de apreciación, inclusive a los 17 pesos.
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Vale destacar que nuestro pronóstico demostró ser atinado. Este jueves, el dólar alcanzó niveles de 17.89 pesos por dólar, su mínimo valor del año en el interbancario, luego de tener su máximo valor el 20 de enero en 22.03 pesos por dólar. El peso pasó en solo cinco meses del infierno de enero al cielo en junio con una apreciación del 18% de punta a punta, siendo una de las monedas emergentes de mayor apreciación en el mundo.
Todas las noticias malas de enero, la posible salida de Trump del TLCAN, la deportación masiva de mexicanas, los aranceles del 20% a productos mexicanos, el dólar firme contra todas las monedas, la confianza baja de los mexicanos en su economía, el gasolinazo, hacían ver que todo estaba en contra del peso, corrían vientos de frente para la odiada moneda mexicana.
Ahora en junio los vientos se encuentran a favor. El dólar, como también anticiparemos, se debilitó en el mundo. El mismo Trump ha tenido resistencia para implementar algunas medidas del gobierno y la percepción es que algunos reveses políticos lo han debilitado.
Eso, unido a varias subidas de tasas de Banxico, un amplio sistema de coberturas, las declaraciones de funcionarios estadounidenses y de mexicanos de que el peso está subvaluado, han llevado ahora que el humor de los inversores y especuladores haya cambiado con respecto al peso.
La confianza se recuperó y los especuladores, que cuando no creían en el peso tenían un récord de 89,000 contratos vendidos de pesos en los futuros de Chicago en el primer debate y niveles de 73,000 contratos vendidos peso en niveles de 22 pesos el 20 de enero (día de la asunción de Trump), ahora están apostando por el peso. Existen 85,000 contratos COMPRADOS en pesos mexicano en el mercado de Chicago.
Los especuladores son seguidores de tendencia y tienden a pensar linealmente. Si algo sube, creen que va a seguir subiendo y se montan en la tendencia, y si creen que algo va a bajar le apuestan hacia abajo, asumiendo que la caída continuará.
La volatilidad que había en enero se ha reducido notoriamente en el mes de junio y el dólar solo ha reconocido una sola dirección hacia abajo, para tocar antes de la Fed los 17.89, con 85,000 especuladores diciéndonos que les gusta el peso y no el dólar estadounidense, y que creen que va a continuar bajando el dólar, justo en las antípodas de enero que amaban al dólar y odiaban al peso y nos decían que el dólar podía seguir subiendo.
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En nuestro caso, con los 17.90 ya vistos, nos sentimos satisfechos con el pronóstico anual. Si bien, el otro objetivo de 17.04 también podría darse con esta composición técnica: el riesgo es enorme de que el dólar tenga una gran recuperación.
Factores que pueden ayudar a esta caída del peso serían: que Wall Street, que está en máximos, se ajuste de 5 a 8%; eso presionaría al peso. El petróleo, que está débil en 44.50 y puede estar más débil aún, como lo proyectáramos en la época Trump por debajo de los 40 dólares, también afecte al peso y el dólar en el mundo, que cayó mucho contra la libra y el euro, también puede rebotar algo de las posiciones que perdiera y no sería bueno para el peso.
Todos estos elementos combinados pueden formar un coctel para que se dé un efecto boomerang. Una recuperación del dólar en este sentido puede estar a la vuelta de la esquina.
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¿Podría haber una mano negra que no permita esta recuperación? Puede, está claro que el primer interesado de un peso firme es Estados Unidos. No es lo mismo poner arancel a productos mexicanos con un peso en 22 que un peso en 17-18. En 22, el arancel debería ser alto para que Estados Unidos no sea invadido por productos mexicanos; en cambio, en 17-18, el arancel puede ser moderado o nulo, siendo Estados Unidos el país que imprime el dólar, participe para evitar que el efecto boomerang termine manifestándose.
En cualquier caso, nos damos por satisfechos con nuestro pronóstico en soledad y advertimos que la zona de 18-17 es más de piso de dólar.
Los participantes cambiaron amor por odio, cielo por infierno en tan solo seis meses para el peso mexicano, ¿volverá a ocurrir lo contrario?. Veremos…
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