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OPINIÓN: Cómo ponerle un alto a la brutalidad descarada de Corea del Norte

Las sanciones que la ONU impuso al gobierno norcoreano son mucho más laxas de lo que mucha gente cree y que a menudo no se hacen valer.
mar 27 junio 2017 11:30 AM
Una razón más
Una razón más Tras el deceso brutal de Warmbier, es necesario que se impongan sanciones específicas por abusos contra los derechos humanos. (Foto: KYODO/REUTERS)

Nota del editor: John Sifton es director de Defensa de Human Rights Watch. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(CNN) — La muerte de Otto Warmbier, un estudiante de 22 años originario de Ohio, Estados Unidos, que estuvo preso en Corea del Norte desde 2016, debería ser un llamado de atención para la comunidad internacional. Wambier, a quien arrestaron en enero de 2016 por intentar quitar un cartel político en el hotel en el que se hospedaba, estuvo sujeto a juicio para hacer de él un ejemplo y lo sentenciaron a 15 años de trabajos forzados.

Tristemente, no hay nada inusual en el caso de Warmbier, en teoría. En Corea del Norte se suele arrestar a los ciudadanos por delitos insignificantes y confinarlos a campos de trabajos forzados. Como se documentó detalladamente en un desgarrador reporte reciente de la ONU , muchos mueren en prisión a causa de las golpizas, de la desnutrición o de enfermedades sin tratar, entre otras cosas.

Lo raro es que el gobierno norcoreano haya tratado así a Warmbier, un extranjero. Estados Unidos y sus aliados se opusieron categóricamente a su detención y Warmbier suplicó perdón en su juicio; dijo que había sido "el peor error de mi vida". La mayoría de los observadores esperaba que tras un periodo de aislamiento e interrogatorios, además de diplomacia en privado, repatriarían a Warmbier, como ocurrió anteriormente con muchos estadounidenses.

Sin embargo, Warmbier sufrió alguna clase desconocida de maltrato o posible crueldad y terminó en coma, aparentemente desde hace más de un año. Ahora, a unos días de haber regresado a casa, estaba muerto .

El gobierno norcoreano explicó que su muerte había sido consecuencia del botulismo y de una píldora para dormir mal recetada, cosa dudosa . ¿Cómo es que un joven sano pudo haber sufrido tal daño cerebral a causa de una enfermedad tratable? Si cayó en coma en marzo de 2016, ¿por qué el régimen no dijo nada antes, ni siquiera a Suecia, que suele actuar como intermediario con los prisioneros estadounidenses? No está claro qué pasó exactamente con Warmbier, pero es posible que haya sufrido algunos de los abusos que sufren los norcoreanos que están presos en alguno de los muchos campos de prisioneros del régimen.

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El gobierno norcoreano no quiere reconocer estos antecedentes problemáticos. Desde hace décadas se ha rehusado a cooperar de buena fe con los mecanismos que la ONU implementó para resolver los problemas relacionados con los derechos humanos y suele publicar rutinariamente panegíricos e himnos absurdamente exagerados sobre su "Líder Supremo", Kim Jong Un .

Al lidiar con Corea del Norte, la comunidad internacional se ha centrado en la no proliferación, pero en años recientes, la situación de los derechos humanos en Corea del Norte ha estado bajo escrutinio creciente. Desde 2014, el Consejo de Seguridad de la ONU ha llevado a cabo debates sobre si la situación en Corea del Norte debería referirse a la Corte Penal Internacional. El Congreso estadounidense también promulgó leyes para endurecer las sanciones a Corea del Norte, no solo en relación con su programa armamentístico, sino para abordar los abusos a los derechos humanos.

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En diciembre de 2016, los departamentos del Tesoro y de Estado de Estados Unidos sancionaron específicamente, por primera vez, a varios altos funcionarios por ser cómplices de abusos a los derechos humanos (no solo por proliferación de armas), entre ellos al mismo Kim Jong Un. Actualmente, el Departamento del Tesoro está considerando sancionar a otros altos funcionarios norcoreanos por violaciones a los derechos humanos. Tras la muerte de Warmbier, el gobierno estadounidense debería agregar esos nombres a su lista de restricciones a la entrada a Estados Unidos y al acceso a servicios financieros.

En Naciones Unidas, la embajadora de Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad, Nikki Haley, tiene que presionar a otros países miembros de la ONU para que implementen sanciones más duras por violaciones a los derechos humanos y que hagan valer mejor las ya existentes. Se suele suponer que hay duras sanciones en vigor contra Corea del Norte y que está sujeta a un embargo estricto. La verdad es que las sanciones de la ONU se basan totalmente en el contexto de la proliferación nuclear y, aunque Estados Unidos ha presionado recientemente a sus aliados para que las hagan valer mejor, son más laxas de lo que la mayoría de la gente cree y usualmente no se hacen valer.

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Lo que se necesita ahora son sanciones dirigidas más específicamente a abordar los abusos a los derechos humanos y a elevar el costo de hacer negocios para los funcionarios norcoreanos que se dedican a abusar de los derechos humanos, tales como los funcionarios del Ministerio de Seguridad Pública, alcaides de prisiones y otros funcionarios de las corporaciones de seguridad.

Es imposible saber qué le depara el futuro a Corea del Norte, pero la esperanza, a corto plazo, es que haya consecuencias para los responsables del trato brutal que reciben prisioneros como Warmbier y los cientos de miles de prisioneros de los gulags de Corea del Norte. Esto podría arrojar una sombra de temor en la consciencia de los funcionarios ante la posibilidad de ser penalmente responsables más adelante, con el fin de reducir las probabilidades de que otros sufran los mismos abusos que Otto Warmbier.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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