OPINIÓN: Ser solidario en estos días podría hacerte vivir más años
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Nota del editor: Adriana Castro tiene una especialidad en Psicología de la Creatividad por la Universidad Autónoma de Barcelona. Es fundadora de Call to Action: Empresas Felices. Síguela en Facebook . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
(Expansión) – Ha sido conmovedor e inspirador ver las muestras de solidaridad manifestadas por parte de muchos a raíz del trágico sismo que sacudió nuestra ciudad la semana pasada.
Justamente hace unas semanas impartía una conferencia sobre la importancia de encontrar sentido a nuestra vida y en definitiva, en los últimos días, he sido testigo de cómo lo que señalan los expertos en el tema se palpa de manera tangible en muchas acciones que los ciudadanos de a pie hemos llevado a cabo.
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Encontrar sentido a nuestra vida es un asunto amplio y complejo, pero tiene grandes beneficios porque está comprobado que mejora no solo la calidad de vida sino también aumenta la longevidad.
Michael Steger, psicólogo de la universidad de Colorado en Estados Unidos, es especialista en este tema. Él establece que ha encontrado características comunes en las personas que dicen que su vida tiene sentido. En particular, hizo un experimento en el que le pidió a mucha gente que tomara una foto de algo que le diera sentido a su vida y que posteriormente se la enviaran a él.
El resultado fue que un gran porcentaje de las imágenes que recibió era de personas. En otras palabras: la gente le da sentido a nuestra vida.
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La psicología positiva establece que nuestro cerebro está “cableado” para que seamos una especie que busca de manera natural conectar con otras personas.
Este rasgo es, en gran parte, el motivo por el cual nuestra especie ha logrado sobrevivir: por nuestra capacidad de conectar y colaborar.
Esto es justo lo que se ha manifestado en los últimos días en nuestro entorno. Actos solidarios de conexión, colaboración y apoyo.
Hace unos días le preguntaba a Carlos Olivier y Enrique Valderrama, un par de ciclistas que ha estado ayudando como bici-mensajeros en la logística de los centros de acopio, “¿por qué ayudar a gente que no conoces?”. Carlos respondió: “Porque me permite conectar con mi parte humana… si perdemos eso, perdemos todo”.
Enrique complementó: “Ayudar es mi responsabilidad. Me di cuenta que si yo no lo hago, nadie más lo hará. Ver por otros es un privilegio”.
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La solidaridad ocurre cuando apoyamos a causas que son ajenas a las nuestras, especialmente en situaciones adversas. La solidaridad tiene estrecha relación con un elemento esencial del sentido de vida: hechos, acciones.
¿Por qué nos gusta ser solidarios? Porque tenemos la oportunidad de dar sentido a nuestra vida poniéndonos en acción a favor de alguien más.
nullSteger menciona que hay una clave que puede potenciar nuestro sentido de vida. Consiste en cambiar la pregunta “¿Qué hago para que mi vida tenga sentido?” por “¿Qué hago para ayudar a que la vida de otros tenga sentido?”.
Dos palabras mágicas: “ayudar” y “otros”. Los expertos en felicidad dicen que las personas que tienen hábitos de ayuda y solidaridad tienen niveles más altos de satisfacción con la vida, redes de apoyo más sólidas y viven más.
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Esto significa que apoyar a los afectados del sismo ayuda a que tu vida tenga más sentido.
¿Cómo hacer de la solidaridad un hábito y un estilo de vida?
A continuación algunos tips:
1. Comienza con los que tienes cerca: conoce a tus vecinos y trata de aprenderte sus nombres. Averigua si hay un jefe de manzana e involúcrate en actividades que los pueden ayudar a aumentar la cohesión y solidaridad. Por cierto, hay un dato interesante: en calles en las que los vecinos muestran unidad, los niveles de inseguridad son menores. Nos conviene ser solidarios.
2. Acércate a organizaciones que tengan filosofías solidarias en el que el que el dar y el ayudar sea considerado una ganancia.
3. Inscríbete como voluntario de algún grupo que apoye causas justas.
4. Averigua si la empresa en la que trabajas cuenta con programas de responsabilidad social en los que puedas participar.
5. Si tú eres el dueño de la empresa, decide junto con tu equipo qué actividad solidaria les gustaría llevar a cabo dentro de la empresa. Es importante que la decidan entre todos, ya que si se percibe como imposición, es difícil que los colaboradores se sumen.
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En pocas palabras, acércate a grupos en los que la solidaridad sea parte de la cultura. Está comprobado que querer ser solidario por cuenta propia es más difícil que practicarlo con el apoyo de un grupo.
Recomiendo ampliamente el libro “Delivering happiness”: el caso de éxito de Zappos, una empresa con un notable servicio al cliente basado en una cultura de felicidad y sentido de vida.
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