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Los mexicanos caminan a 2018 desencantados con la democracia

A ocho meses de las elecciones, la falta de resultados de los gobiernos, la corrupción y el desprestigio de los partidos alimentan la desconfianza en las reglas democráticas.
jue 26 octubre 2017 06:00 AM
Competencia
Competencia En 2018 se renovarán más de 3,000 cargos públicos, entre ellos la Presidencia de la República y nueve gobiernos estatales. (Foto: © VENUSTIANO MADERO/CUARTOSCURO)

Nota del editor: Este trabajo se publicó en la edición 1220 de la revista 'Expansión', correspondiente al 1 de octubre.

CIUDAD DE MÉXICO (Expansión) - La primera vez que Dulce Olvera pudo votar fue en la elección presidencial de 2012. Aunque no tenía un "candidato ideal", la joven, quien entonces estudiaba en la universidad, estaba emocionada por poder participar en una de las decisiones políticas más importantes del país. Pero hoy, a cinco años de aquellos comicios y con una nueva contienda en puerta, la situación es distinta.

Al igual que millones de ciudadanos —según lo revelan encuestas y estudios—, Dulce está insatisfecha con la democracia. ¿La razón? Haber llegado a la conclusión de que quienes son electos no logran mejorar la situación política, económica y social de México.

"Por la corrupción e impunidad, creemos que todos nos van a robar y mentir", dice la joven, quien a pesar de su desencanto piensa volver a votar el 1 de julio de 2018, y espera que más mexicanos también acudan a las urnas.

Lee: Expertos ven en las elecciones una oportunidad para luchar contra la corrupción

En México, la participación ciudadana en elecciones ronda el 50%, un porcentaje que tiende a subir cuando se juega la presidencia. Sin embargo, analistas advierten que el desencanto con la democracia crece a raíz de que los electores dejan de percibir que gobernantes y representantes responden a sus demandas.

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Participación
Así ha variado la asistencia a las urnas en las últimas elecciones.

"Es una situación muy triste en la que nos encontramos", dice Carlos Elizondo, académico del Instituto Tecnológico de Monterrey (ITESM), quien explica que esto también ocurre en otras naciones, donde, por diversos factores, los políticos y las instituciones tienen un limitado margen de acción para cumplir con promesas en materia de empleo, ingresos y seguridad.

El Latinobarómetro 2016 da un panorama regional. Según este ejercicio, en la mayoría de los países de América Latina hay un estancamiento o una caída del apoyo a la democracia, que en los últimos años se relaciona con escándalos de corrupción . En esa línea, el respaldo a las reglas democráticas es mayor en aquellos lugares donde se percibe que estos ilícitos sí se persiguen.

Recomendamos: México, en el fondo del ranking de compromiso con la democracia: estudio

Altas y bajas
Latinobarómetro lleva un registro del apoyo a la democracia en México y otros países de la región.

México —donde los actos de corrupción son vistos como uno de los principales problemas nacionales— enfrenta una variable adicional: el hecho de que, ante la falta de una segunda vuelta electoral, hay candidatos que ganan con el voto de un reducido porcentaje del electorado, explica Luis Carlos Ugalde.

Director de la consultora Integralia y expresidente del Instituto Federal Electoral (IFE), una institución que en 2014 se convirtió en el Instituto Nacional Electoral (INE), Ugalde advierte que la situación facilita que los perdedores cuestionen la legitimidad de un resultado y el desempeño de las autoridades electorales, y que tales cuestionamientos incidan en la ciudadanía.

"En otros países, el acatamiento de los resultados es mucho mayor. En Perú, Argentina o Brasil, no ha habido ese fenómeno de que todos los que pierden desacatan el resultado", dice.

Frente a esto, ¿qué se puede hacer? Expertos como Arturo Sánchez, exconsejero del IFE y del INE, creen que una de las primeras tareas recae en los partidos, que deben responder al desprestigio aprendiendo a gastar con eficiencia el dinero público que reciben , a realizar campañas creíbles y a presentar buenos candidatos que puedan convertirse en buenos gobernantes.

Elizondo añade: "Lo que realmente cambiaría el ánimo en la participación de los mexicanos sería que vieran que los partidos tienen presencia, que cuando llegan al poder cumplen con lo que dijeron".

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