La Agencia Espacial Europea prepara una sonda para llegar a Mercurio
Tras hacer aterrizar una sonda en un cometa helado y probablemente dar a conocer nuevos datos sobre el origen de la vida en la Tierra, la Agencia Espacial Europea (ESA) ahora tiene la mira puesta en el abrasador Mercurio para su siguiente misión.
El planeta más cercano al Sol de nuestro sistema solar orbita tan cerca del astro que, en algunos casos, la temperatura de la superficie supera los 400 grados centígrados. Por otra parte, las zonas del planeta a las que no llega la luz, pueden registrar temperaturas de hasta -170 °C. En ningún otro planeta hay variaciones de temperatura tan drásticas.
La razón es la ausencia de una atmósfera de importancia ya que Mercurio es tan pequeño y tan caliente que no es capaz de retenerla. Con un diámetro de poco más de 4,800 kilómetros, es apenas una tercera parte más grande que la Luna y más pequeña que dos de las otras lunas del Sistema Solar: Titán, de Saturno, y Ganimedes, de Júpiter.
La misión de la ESA a Mercurio tiene una fecha tentativa de lanzamiento: 21 de julio de 2016. El plan es llegar a la órbita de Mercurio siete años y medio más tarde, en 2024. La nave espacial se llama BepiColombo, en honor al pionero italiano del espacio, Guiseppe Bepi Colombo.
Mercurio es el menos estudiado de los planetas interiores, pero tiene muchas peculiaridades.
"Mercurio es especial", dijo Johannes Benkhoff, científico del proyecto a cargo de la misión BepiColombo. "Es el planeta más denso de nuestro sistema solar, incluso es más denso que la Tierra (si consideramos la densidad sin compresión) y tiene un campo magnético, igual que la Tierra, que nadie esperaba encontrar, así que creo que es un planeta genial para ir".
Hay muchos aspectos desafiantes en una misión a Mercurio, el más prominente es su proximidad con el Sol, que tiene una poderosa fuerza de gravedad y emite una radiación intensa.
La elevada velocidad orbital del planeta (48 kilómetros por segundo, comparada con los 30 kilómetros por segundo de la Tierra) también es un problema. Cualquier sonda que se dirija a Mercurio no solo debe recorrer una distancia lineal de 77 millones de kilómetros, sino que debe modular su velocidad cuidadosamente para poder entrar en la órbita del planeta sin que la gravedad del Sol la jale.
Por eso, solo ha habido dos misiones a Mercurio hasta ahora.
La primera fue la misión Mariner 10 que la NASA lanzó en 1973. Fue la primera nave espacial que usó la técnica de "catapulta gravitatoria", que significa usar la gravedad de un planeta para afectar la trayectoria y la velocidad de una nave espacial con el fin de ahorrar combustible y tiempo.
Los cálculos de BepiColombo se usaron para planear el viaje de la Mariner 10 a Mercurio, cálculos que desde entonces se han usado ampliamente en la exploración del espacio.
La segunda misión sigue en curso. Se llama Messenger y la NASA la lanzó en 2004. Actualmente orbita el planeta y seguirá estudiándolo hasta bien entrado 2015.
Sin embargo, la ESA cree que Mercurio ofrece suficientes misterios como para justificar una tercera misión.
"La Messenger arrojó tantos resultados tan sorprendentes e inesperados que tenemos muchas buenas razones para dar seguimiento a lo que hicieron", dijo Benkhoff a CNN. "Es muy beneficioso que esa misión esté en esa etapa porque tardaremos diez años en llegar a Mercurio, dar seguimiento a lo que hizo la Messenger y lograr una amplia y maravillosa exploración de este planeta".
De nueva cuenta, la misión usará la asistencia gravitatoria para llegar a su destino: primero hará un sobrevuelo a la Tierra: esencialmente regresará a nuestro planeta dos años después de su lanzamiento, Luego hará dos sobrevuelos a Venus y luego se dirigirá a Mercurio.
Al llegar, un módulo llamado Orbitador del Planeta Mercurio (MPO, por sus siglas en inglés) se separará del resto de la nave espacial y hará un estudio detallado del sistema de Mercurio. Este módulo lo diseñó la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón, que dirige la misión junto con la ESA.
La BepiColombo nos ayudará a entender cómo se forman los planetas tan cerca de su estrella madre y analizará la geología y el campo magnético de Mercurio.
También confirmará la Teoría General de la Relatividad de Einstein.
El inusual patrón orbital de Mercurio intrigó a los físicos en 1845, cuando descubrieron que no se apegaba a la teoría newtoniana de la gravedad. Esto se explicó más tarde con la relatividad, que reveló que la órbita sesgada de Mercurio se debía a la curvatura del espacio y no a un objeto invisible.
La BepiColombo estará en una posición óptima para recabar datos extremadamente precisos sobre la danza del planeta alrededor del Sol, lo que brindará la validación máxima a la idea de Einstein.