Galaxy S8, Mate 10 o iPhone X, ¿cuál toma mejores fotos?

Cuando se trata de comprar un teléfono, una de las principales preocupaciones de los usuarios es si las imágenes que capturen y compartan en redes sociales tendrán el mismo impacto que cuando las vivieron y mucho de eso depende de la calidad, el software y sensor de la cámara.

Por eso en Expansión pusimos a competir tres de las mejores y más famosas cámaras móviles del mercado. El iPhone X, Galaxy S8 y el recién lanzado en el mercado mexicano Mate 10 Pro.

Aclaración: Las imágenes tomadas para el comparativo se hicieron en el modo automático –el modo en el que la mayoría de usuarios captura imágenes– prácticamente con las mismas condiciones de iluminación y en los mismos escenarios. Las fotos no se tomaron con ningún tipo de acercamiento, pero su resolución original se redujo para mejorar el tiempo de carga de las mismas.

iPhone X

Sin duda el teléfono más caro de los tres competidores. El nuevo y más novedoso equipo de Apple integra dos cámaras traseras: un lente de 12 megapixeles gran angular y una telefoto 2X también de 12 megapixeles. A diferencia del iPhone 8 Plus, en el iPhone X ambos lentes cuentan con sistema de estabilización de imagen.

Desde hace varios modelos, Apple ha trabajado por crear una cámara digital con la mayor precisión posible y se nota en el iPhone X. El equipo mantiene el mejor balance y tono en los colores, evita quemar fuentes de iluminación y en las tomas nocturnas, si bien son oscuras, tienen menos ruido que las del Galaxy S8.

Tomar fotos con el iPhone X es casi garantía de que lucirán bien. El problema es que esa garantía tiene un precio elevado para la mayoría de los usuarios, quienes pueden encontrar opciones iguales de buenas en Android o incluso dentro de mismo Apple, pues el iPhone 8 Plus tiene prácticamente la misma cámara.

Mate 10

Hace cuatro años, los teléfonos de Huawei difícilmente causaban interés entre los usuarios más demandantes. Sin embargo, a partir del Mate 8 la firma china demostró que estaba dispuesta a tomarse en serio la competencia con Apple y Samsung. El Mate 10 es una muestra más de esa inversión. El teléfono tiene un sistema de cámara dual, con dos lentes gran angulares a 1.6 de apertura. Uno de 12 MP y el segundo un lente monocromático de 20 MP.

Más allá del marketing que la firma pone al decir que trabaja de cerca con Leica para el desarrollo de los lentes ópticos en el Mate 10, lo cierto es que el equipo hace una combinación impresionante de hardware y software a la hora de tomar fotografías. En el modo automático el equipo es capaz de ajustar la configuración de la cámara acorde a la escena: paisaje, nocturno, animales, acción, personas, plantas, comida o flores, gracias al procesamiento de machine learning que se hace en el chip del teléfono. La opción es impresionante y en la mayoría de los casos funciona bien; sin embargo, está lejos de ser perfecto y en algunas tomas es incluso mejor desactivarla para obtener mejores resultados.

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Similar al iPhone X, el Mate 10 ofrece tomas neutras pero realistas. El teléfono fue particularmente bueno a la hora de capturar escenarios nocturnos con un buen nivel de detalle, menos iluminadas que las del S8, pero con mucho menos ruido. Las fotos en blanco negro ofrecen un nivel más impactante gracias al lente monocromático dedicado. Y aunque la cámara aprovecha ambas cámaras en las tomas a color con la promesa de entregar mejor contraste, la realidad es que a menos que seas un usuario profesional es una diferencia que difícilmente notaras en la mayoría de tus fotos.

Galaxy S8

Uno de los primeros teléfonos inteligentes lanzados en el 2017, se mantiene como uno de los mejores del mercado . Aunque su hermano mayor Galaxy Note 8 tiene un sistema de cámara dual, el Galaxy S8 ofrece la misma calidad fotográfica (en parte porque es el mismo sensor) a una sola cámara de 12 MP.

De los tres teléfonos, las fotos del Galaxy S8 son las más llamativas, las más iluminadas y coloridas. A simple vista, las fotos del Galaxy S8 acaparan más miradas que las de sus competidores. El problema es que ese resalte es una arma de doble filo, pues si bien entrada la fotografía luce impresionante al entrar en detalle son las peores o más ruidosas. El resultado no son foto malas, pero si más saturadas y con colores sobre saturados y por tanto menos realistas.