El Louvre, Pompidou y Guggenheim, los grandes museos que se exportan
Hace 20 años, el Guggenheim de Bilbao se convertía en el primera sede alterna de un célebre museo. Y le siguieron los parisinos Louvre y Centro Pompidou, con fórmulas diversas.
Guggenheim
El 20 de octubre de 1997, se inauguró en la ciudad industrial vasca de Bilbao un edificio de una arquitectura revolucionaria, firmado por el canadiense Frank Gehry: era el Museo Guggenheim.
Veinte años más tarde, el de Bilbao es un éxito, con 1 millón de visitantes anuales de promedio, y ha contribuido a transformar la imagen de la ciudad y de la provincia, aumentando el turismo.
Pero otros proyectos no corrieron la misma suerte. La idea de crear un Guggenheim en Guadalajara, México, fue abandonada y el del centro de Las Vegas cerró en 2008.
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Pompidou
Una primera creación, en marzo de 2015 en Málaga, en el sur de España, atrajo a 500,000 personas desde su apertura. Una nueva versión del Pompidou abrirá sus puertas en 2019 en Shanghái, en el nuevo Museo de Arte West Bund, un edificio de cerca de 25,000 metros cuadrados concebido por el arquitecto británico David Chipperfield.
Con esta alianza se busca revalorizar la colección del Pompidou, una de las más importantes de arte moderno, junto a la del MoMA de Nueva York.
El Louvre y los demás
Su implicación en el proyecto de Abu Dabi forma parte de un acuerdo intergubernamental entre Francia y los Emiratos Árabes Unidos.
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Muchas de las obras expuestas fueron prestadas por varios recintos franceses, aunque el Louvre es el socio indiscutible: presta el mayor número de piezas y cede la utilización de su "marca" Louvre durante 30 años y seis meses, a cambio de 400 millones de euros.
En el mundo anglosajón, los grandes museos no han dado ningún paso en esta dirección.
"Ya es demasiado complicado con un museo", dijo recientemente a la agencia AFP Glenn Lowry, el director del MoMA.