Los clústeres de manufactura flexible: estrategia para evitar 'back-sourcing'
Nota del editor: TBY ( the business year ) es un grupo de medios globales especializado en investigaciones económicas sobre mercados emergentes.
México ha diseñado e implementado varias políticas públicas a nivel federal y estatal destinadas a catalizar la llegada de la cuarta revolución industrial o Industria 4.0 al país. El marco global de estas iniciativas ha sido el Programa de Desarrollo Innovador 2013 – 2018, donde el gobierno detalló sus estrategias para aumentar el valor agregado de las exportaciones a través de la creación de clústeres y parques industriales. México tiene hoy en día 23 clústeres de Tecnologías de la Información (TI), que engloban a 1.340 actores públicos y privados que conjuntamente facturan $2.1 billones, de acuerdo con la Secretaría de Economía.
Paulo Carreño King, Director General de ProMéxico, ha enfatizado la importancia de la regionalización y fomento a la creación y fortalecimiento de clústeres para la adopción exitosa de las tecnologías características de la Industria 4.0 como el internet de las cosas, la ciberseguridad o la inteligencia artificial. Esta estrategia es conveniente, ya que la competencia industrial tiende a concentrarse entre clústeres, más que entre países o regiones.
Un clúster es un sistema de organización de una cadena de valor caracterizado por la proximidad entre los participantes de un mercado dado. Esta proximidad favorece la intensidad de los intercambios, ya que genera confianza y reduce los costos de transacción.
Los gobiernos proveen asistencia técnica y financiera dinámica, adaptada a la fase del ciclo industrial en que se encuentre cada clúster. El apoyo también puede ser a través de certificaciones de desempeño y de asistencia a la internacionalización. México ya ha implementado políticas de este tipo a través del territorio nacional. El siguiente paso en la estrategia del país es la creación de dos clústeres de manufactura hiper-flexible entre 2019 y 2022. Vale la pena entender cuáles son los pros y los contras de este sistema de producción.
Los sistemas de manufactura flexibles se caracterizan por la reactividad a cambios súbitos del mercado y también a cambios estructurales. Tanto la calidad como la cantidad de la producción, el ensamblaje y almacenamiento pueden variar fácilmente. La maquinaria del sitio de producción está interconectada con terminales informáticas que procesan en tiempo real todos los datos y están programadas para ajustar el tipo y la cantidad de productos según la demanda.
La integración de la maquinaria con los sistemas de información permitirá la puesta en marcha de centros de producción reconfigurables según la demanda y otras variables. La flexibilidad en los sistemas de producción industriales es una tendencia global hacia las fábricas de menor tamaño que producen bienes personalizados y utilizan una gran variedad de insumos para ello. Las fábricas inteligentes no solo serán más costo-eficientes y harán un mejor uso de los recursos naturales, sino que tendrán tiempos de producción más cortos.
Ahora bien, avanzar hacia la manufactura hiperflexible también presenta algunos riesgos. Para empezar, los costos iniciales y el tiempo requerido para montar una planta flexible son mayores. Los costos de recursos humanos más especializados también pueden ser más elevados. Sin embargo, estos costos son compensados por los ahorros ligados a la automatización.
La manufactura flexible es una gran oportunidad para que México mantenga su 12.3% de ahorro en costos de manufactura de autopartes, especialmente dados los agresivos recortes fiscales del vecino del norte. Evitar una eventual tendencia de back-sourcing, es decir, el regreso de la producción industrial a los países de origen de las grandes firmas, debe ser una de las prioridades de las políticas industriales del país a mediano plazo.