¿Cómo se explica este fenómeno? Es una respuesta multifactorial, que va desde el acceso a tecnología agrícola, hasta factores como el desperdicio. Este último elemento se registra en numerosos sistemas alimentarios y, en algunos casos, puede representar una pérdida de hasta 77% de los recursos. De ahí que sea tan pertinente un modelo de alianzas como el eje Kellogg’s-CIMMYT-BAMX, que abarca desde el principio de la producción —el campo— hasta la recuperación de alimentos en perfectas condiciones, para entregarse en grupos que los requieren —labor de los bancos de alimentos—.
Ya veníamos con 10 años de retraso respecto a la meta de Hambre 0, en el mundo. Esta pandemia nos sumará otros años de retraso
Almendra Ortiz-Tirado, del BAMX
En el contexto actual, las iniciativas emprendidas por estas tres organizaciones resultan un factor fundamental para abatir la insuficiencia alimentaria en el país. Kellogg’s fomenta el trabajo de los productores con el proyecto "Apoyo al abastecimiento responsable y agricultura sustentable de maíz en México", en conjunto con CIMMYT. Esto se traduce en asistencia para pequeños, medianos y grandes productores agrícolas de México, que impulsa la producción de maíz amarillo mediante prácticas sustentables, en diferentes puntos del país.
La responsabilidad para asegurar (en el campo) prácticas sustentables y sostenibles es enorme, pues es una manera de construir nuevos sistemas alimentarios más resilientes
anota Bram Govaerts, del CIMMYT.
Agrega que desde la agricultura sostenible, efectivamente, es posible generar el alimento que el mundo necesita.
“Y en este sentido, la responsabilidad de México es enorme, pues no solamente puede lograr prácticas sostenibles en su producción, sino que históricamente ha sido un búnker que ha provisto al mundo de granos de maíz y trigo, contribuyendo a la alimentación de decenas de millones de personas”, asegura.