Conciliar, el pendiente posible
Jacqueline Franjou está convencida de que la vida familiar es perfectamente compatible con la laboral. Todo es cuestión -dice- de organizarse y dejar a un lado los prejuicios. La prueba es su propio legado, pues además de haber ocupado altos cargos directivos en empresas como Cegos, Air France y Veolia, fue consejera para el Ministerio de industria y comercio exterior de Francia. Ahora pasa sus días presidiendo el Women’s Forum, una plataforma que reúne a líderes de todo el mundo en los campos empresarial, gubernamental, cultural y académico para fortalecer la influencia de las mujeres en el mundo y promover su presencia en los negocios.
México será la sede de sus próximas reuniones, que tendrán lugar el 27 y 28 de abril de este año. Alrededor de 400 hombres y mujeres de México, Estados Unidos, América Latina y Europa, se darán cita para hablar sobre cómo incluir a las mujeres en las oportunidades que crean las nuevas reformas estructurales mexicanas.
Las mujeres que sueñan con ser empresarias en México y muchos otros países, se enfrentan a todo un mundo de desafíos, dice Franjou. Pero en vez de estancarse en esa idea, deben hacer oír su voz y exigir lo que se merecen, que va mucho más allá de un puesto complaciente y políticamente correcto.
Debemos dejar de hablar de diversidad en las empresas. Las mujeres no somos diversidad, somos el 50% de la población mundial y debemos estar donde podamos decidir.
¿Cómo puede Women’s Forum ayudar a las mujeres mexicanas?
Ofreciéndoles una plataforma en la que compartan experiencias e intercambien ideas. Lo primero que se debe hacer para alcanzar la igualdad de género es reunir a la gente. Con eso en mente y con la asesoría de nuestro comité mexicano ideamos el programa del foro. Nos pidieron que incluyamos a mujeres líderes locales en las discusiones, que los hombres participen activamente en todos los eventos y, básicamente, que creemos un debate de alto nivel sobre el rol de la mujer en México. No se trata solamente de preguntarles lo que piensan sobre diversos temas, la idea es enseñarles a tomar decisiones y a sentarse junto a los hombres para que juntos aprendan a ser exitosos.
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En México, como en muchos otros países, las mujeres siguen escogiendo carreras que se consideran aptas para ellas, reciben salarios más bajos que los hombres y difícilmente ocupan puestos directivos. ¿Qué se puede hacer para revertir estas realidades?
Si una mujer quiere que la consideren para grandes cosas tiene que gritar, manifestarse. Creo que eso es lo principal, no nos podemos resignar a que las mujeres lo tienen difícil en las empresas. Sabemos que es complicado, que no hay igualdad de oportunidades y que las mujeres son juzgadas ya sea porque tienen hijos o porque deben volver temprano a casa, esa una realidad a nivel mundial. Pero hay que quitarse el miedo, la mejor forma de conseguir el éxito es atreviéndose y actuando.
Entonces, ¿se podría decir que las mujeres se auto limitan?
A veces sí, son tímidas y se retraen, no elevan su voz. Pero también debemos aprender a escucharlas. Por ejemplo, rara vez se le pregunta a una mujer lo que piensa sobre temas de paz. Hay muchas que son muy valientes y luchan por la democracia en Túnez, en Egipto y en un gran número de países. Pero la gente no reconoce ni uno solo de sus nombres.
Uno de los factores que reflejan la falta de igualdad en México es que hay muchos más emprendedores hombres. ¿Cómo lograr que haya más mujeres impulsando negocios?
Cuando les garantizas a las mujeres sus necesidades básicas, como salud, seguridad, educación y oportunidades económicas, lo demás viene solo. Se deriva en acceso a créditos, a contratos y a mercados. Lo positivo es que cada vez hay más consciencia sobre lo importante que es tener mujeres emprendedoras. Según un estudio del Instituto Global McKinsey, si logramos que las mujeres sean más partícipes, la economía global crecerá en 12 billones de dólares para 2025. Hay otro estudio que dice que si les diéramos el mismo acceso al crédito que tienen los hombres, los ingresos per capita crecerían 12% para 2030 en los países en desarrollo, incluyendo México.
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¿Qué se va a discutir en el foro de abril?
Es un programa muy completo. Hablaremos desde cómo incluir a las mujeres en las oportunidades que crean las reformas hasta cómo incentivar a las mujeres a crear su propio negocio. Contaremos con la presencia de expertas como Pilar Aguilar y Rosario Pérez. También estará Leile Vélez, una brasileña que nació y creció en las favelas de Río de Janeiro pero decidió que sería empresaria desde que era adolescente. Hoy emplea a 4,000 personas y vendrá a compartirnos su experiencia. Como dije, se trata de atreverse.
Habrá un debate de nuestro comité asesor sobre cómo mejorar la salud de las mujeres en México y América Latina, y en otra sesión tendremos a Natalie Loiseau, la directora de la Escuela Nacional de Administración de Francia y autora del libro Choose everything (Escojan todo). Hablará sobre el ecosistema entre mujeres y hombres y de cómo crear mujeres líderes. Además, daremos una sesión sobre cómo mejorar la vida personal en el trabajo.
Justamente la dificultad de encontrar ese balance entre lo personal y lo laboral inhibe a muchas mujeres a acceder a puestos de alto nivel. ¿Qué se puede hacer al respecto?
Es cierto que existen muchos prejuicios sobre cómo una mujer puede sobresalir en su trabajo teniendo una familia, pero es cuestión de organizarse. Lo que pienso es que, si tu vida personal te quita cada vez más tiempo, deben darte la opción de llevar tu vida personal al trabajo, con guarderías en los corporativos, por ejemplo. Las empresas deben ser más flexibles con los horarios de trabajo y entender que, si una mujer es feliz, va a ser más productiva y va a hacer mejor su trabajo. Es imposible cumplir con todas tus responsabilidades cuando estás al borde del colapso.
¿Hay compañías que solo contratan a mujeres porque es políticamente correcto hacerlo?
Muchas empresas cuentan con mujeres en sus consejos. Pero no en los consejos ejecutivos y ahí está el problema. Tenerlas en puestos directivos hace que puedan presumir de sus políticas de inclusión e igualdad. Pero lo que deben hacer es posicionar a las mujeres en donde puedan decidir y actuar de acuerdo a sus decisiones. A veces las mujeres tienen mayor sensibilidad e intuición que los hombres. Manejan una lógica distinta que les permite encontrar diferentes soluciones a los problemas. Pero en general, creo que no hay muchas diferencias entre la forma en que una mujer o un hombre maneja una compañía.
Artículo publicado en la Edición 1186 de Expansión.