Las salas de lactancia son un aliado para retener empleados... y no solo mujeres
Hace nueve meses, en las oficinas de MercadoLibre en México se empezó a hablar más de niños que de costumbre. Varias compañeras descubrieron, casi a la vez, que estaban embarazadas y, conforme crecían sus vientres, crecieron las conversaciones, especialmente, en el área de Recursos Humanos. Alessandra Góngora, directora del departamento, llegó a la conclusión de que la política de licencia de maternidad de la empresa, de 120 días, y su plan progresivo de regreso no eran suficientes: las futuras madres necesitaban un espacio privado de lactancia.
Así comenzó el proyecto que tomó poco más de un mes en poner en marcha. En un trabajo en equipo, Góngora, su equipo y las futuras madres comenzaron a analizar cuáles eran los requisitos de estas salas y las necesidades de quienes las iban a usar para que fueran cómodas. “Lo hicimos todo juntas”, señala la directiva.
El espacio, inaugurado en octubre, ha tenido un impacto positivo en la organización. “Estamos en contacto con las madres que ya han regresado y tenemos además un buzón de sugerencias en caso de que necesiten algo más. Lo que más me sorprendió es que también las reacciones de los padres han sido positivas. Muchos han compartido esta idea con sus parejas y les han dado consejos de cómo replicar la idea en las compañías donde ellas trabajan”, explica Góngora.
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Javier Dartiz e Israel Ramos, doctores del área de Wellness de la firma Mercer Marsh Beneficios, destacan que este tipo de medidas por parte de las empresas no solo impactan en las mujeres o en la población con hijos. “Hoy vivimos en un mundo donde la igualdad de géneros ha tomado una gran importancia (…). Muchos hombres y mujeres se percatan de que es un distintivo, demostrando que los líderes de las empresas se ponen los zapatos de sus trabajadores entendiendo sus necesidades básicas”, señalan.
Los especialistas afirman que es una prestación muy bien recibida por las madres, que crea lealtad y permanencia en la empresa, al sentir que la organización se preocupa por sus trabajadores. “Además, ha surgido como una necesidad por cuestiones de higiene y salud para el recién nacido y la mamá, ya que en algunas culturas organizacionales si no existe un espacio destinado para la lactancia materna, condiciona el uso del servicio médico como sustituto para esta práctica natural y pone en riesgo la inocuidad de la leche materna”, advierte Dartiz.
Scotiabank es otra de las empresas que cuenta con este tipo de instalaciones. “Llevamos más de 10 años a favor de la lactancia y desde hace más de dos años hemos puesto especial énfasis en diseñar un procedimiento de políticas claras, donde lo que buscamos es que todas las madres que apuestan por la lactancia cuenten con un lugar higiénico, privado y con la infraestructura necesaria”, explica Miguel Lozano, director general adjunto de Recursos Humanos de la institución bancaria, donde actualmente trabajan 282 mujeres embarazadas y 318 en periodo de lactancia.
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El directivo de la empresa, que cuenta con programas de licencias de maternidad y paternidad, horarios especiales los primeros meses de regreso al trabajo y acompañamiento en los primeros días de guardería, entre otros, señala que estas salas -que cuentan con picaporte y un letrero que avisa cuando está ocupada- reducen la angustia de la madre por alimentar con leche materna.
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Establecer políticas
La compañía financiera ha establecido esta política por escrito. Así, las madres tienen una hora al día para lactancia, que pueden dividir a lo largo de la jornada. Si el trayecto a su casa toma menos de 15 minutos, como en algunas oficinas del país, las trabajadoras pueden optar por ir a su domicilio.
“Nuestras políticas están por escrito y se difunden. Las mujeres pueden hablar al call center de Recursos Humanos, donde es posible aclarar cualquier duda. También a través de nuestra intranet”, agrega el directivo, quien destaca la importancia de institucionalizar los procesos. “Es muy importante tenerlas por escrito, porque se vuelve un derecho indiscutible. No es si el supervisor quiere dar el espacio o no, es un derecho que el banco promueve”.
Para Góngora, una de las principales ventajas de este tipo de políticas es que lanzan un mensaje de que la empresa se preocupa por los distintos estilos de vida de sus colaboradores y por que la organización sea un mejor lugar de trabajo. “Trabajamos con personas que tienen un proyecto de vida y, en la medida que la empresa actúa como un colega más que te acompaña en momentos de vida, te sientes más integrado en la compañía, aumenta el engagement y nos hace más humanos”, advierte la directiva de MercadoLibre.
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En Scotiabank, más de 90% de las mujeres que han tenido un hijo regresan a trabajar, un porcentaje de permanencia que ha ido creciendo. Lozano, quien también preside el comité de Recursos Humanos de la Asociación de Bancos de México, señala que el sector financiero ha avanzado en flexibilidad para las necesidades de las madres que trabajan. “Hemos compartido este tipo de prácticas en los foros del sistema financiero, donde hay más de 50 bancos pequeños, medianos y grandes. Y hemos visto que ha sido adaptado por varios”, afirma.
Dartiz y Ramos aseguran que, en general, en las empresas que implementan estas medidas crece la retención de talento. Y, a largo plazo, genera un aumento de la productividad. “Porque las mamás tienen una preocupación menos, ya que pueden continuar con la recolección de la leche materna y mantenerlas en refrigeración con la seguridad que ese alimento será útil para la nutrición de su bebé”, destaca Ramos.
Crear una sala de lactancia no es complicado, aseguran los entrevistados. En el caso de MercadoLibre, Góngora señala que pasaron 30 días desde que comenzaron a analizar las mejores opciones y realizaron proceso de compra hasta que se acomodó la sala. “Una vez que tienes la idea, es fácil, siempre que cuentes con la colaboración de los demás”, dice.
Los especialistas de Mercer Marsh Beneficios destacan la importancia de establecer una campaña de comunicación donde se dé a conocer este beneficio a las trabajadoras. Y ofrecen un argumento más para apostar por estas medidas: al igual que el servicio médico, siempre y cuando se establezca como beneficio de los empleados en su contrato, es deducible de impuestos.