¿Las mujeres tienen miedo a cursar un MBA?
Yunuén Lizcano y Bárbara González son las únicas mexicanas que actualmente estudian la maestría en Administración de Negocios (MBA) en la Universidad de Harvard, en Massachusetts.
“El 46% de los alumnos somos mujeres”, explica González, de 27 años, que entró a la maestría en 2016 y la concluye este año. La generación que inició en 2017 no incluyó a ninguna mexicana. “La mayoría de los países tiene una proporción de 50% hombres y 50% mujeres, sin embargo, eso no sucede con la comunidad mexicana”, agrega.
La radiografía es parecida en otras universidades del mundo. En la Universidad de Chicago, describe Lizcano, hay 47 mexicanos y sólo siete son mujeres.
Hace 14 años, Maralty Ramírez, directora de Fusiones y Adquisiciones de Grupo Bal, detectó la misma tendencia: de 10 mexicanos en el MBA en Harvard, ella era la única mujer. En 2007 cofundó la organización MBA Mujeres de México, que busca cambiar estos números y que cuenta con 250 miembros.
Lee más: 5 MBA cuentan cómo eligieron su escuela de negocios
La brecha de género no es exclusiva de las universidades extranjeras. Datos recopilados por Expansión revelan que, de 2013 a 2017, el porcentaje promedio de mujeres que cursaban un MBA en alguna de las escuelas en México fue de 34%. En ningún año superó el 40%.
“En mi generación somos menos mujeres que hombres”, afirma Carolina Martínez, estudiante del MBA a tiempo completo en el Ipade. “Y creo que es un tema cultural, que viene de nosotras y no de las instituciones ni de las escuelas”.
MBA Mujeres de México encuestó a sus integrantes el año pasado para saber cuáles son las barreras que alejan a las mujeres de esta maestría. La presión social con respecto al matrimonio y crear una familia, el costo del programa, la desconfianza de aprobar la prueba de admisión (el GMAT, por sus siglas en inglés) y la falta de información fueron las más mencionadas.
A escala global, el tema financiero también es la razón número uno para no cursar un MBA, según datos del Consejo de Admisión de Posgrado en Administración de Empresas –el GMAC, que es propietario del GMAT–. La negativa a renunciar a su trabajo para asistir a la escuela y la falta de tiempo son otros de los motivos.
“Si analizamos las razones por las que una mujer no estudia un MBA, veremos que los obstáculos que identifica son más mentales que reales”, afirma la ejecutiva de Grupo Bal.
En los últimos años se ha incrementado la participación femenina en estos programas. Esta realidad académica también se refleja en el ámbito empresarial, donde el porcentaje de mujeres directivas, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), avanzó 8 puntos porcentuales de 2010 a 2016.
El Ipade es una de las escuelas en México que registró crecimiento. “En la generación 2017-2019 del full-time MBA, tenemos 25% de mujeres. Hace 15 o 20 años era de entre 8 y 12%”, asegura Claudia Amezcua, directora de Admisiones del MBA de tiempo completo del instituto.
Lee más: Los mejores MBA de México
En la Egade, la escuela de negocios del Tec de Monterrey, la participación femenina ha crecido 15 puntos porcentuales en los últimos cinco años. Y en el ITAM, de 2013 a inicios de 2017, la maestría de tiempo parcial aumentó de 43 a 50%.
El GMAC destaca que la paridad se ha logrado en maestrías de negocios que no son MBA. Amezcua explica que la comunidad femenina apuesta por posgrados especializados con una aplicación directa en sus posiciones actuales, como los enfocados en marketing, management o analítica para la inteligencia de negocios. “Incluso hay más participación de mujeres que de hombres”, destaca.
La tarea pendiente es que más mujeres decidan aplicar a los programas de MBA. Lizcano y Bárbara González asesoran a las aspirantes en el proceso de aplicación. Y en MBA Mujeres de México apuestan por motivar con el ejemplo. El grupo organiza encuentros entre aspirantes y egresadas, a fin de que compartan su experiencia.
Las universidades también se han sumado. Organizan eventos para dar a conocer sus programas, ofrecen becas para mujeres y son más inclusivos en las campañas de promoción.
La meta es que hombres y mujeres tengan la misma representación en los salones. Los especialistas reconocen que el objetivo es viable. “Actualmente, veo una generación de directivas muy fuerte. Ellas son las que van a provocar el mayor cambio para tener mayor participación en los MBA y que eso permee a todas las organizaciones”, enfatiza Ramírez.
NOTA DEL EDITOR: Este reportaje se publicó originalmente en la edición de la revista Expansión 1230.