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Conectados al aprendizaje online

Cada vez más profesionales realizan cursos digitales para completar su perfil. Los reclutadores también empiezan a concederles más valor.
mié 28 marzo 2018 06:00 AM
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Prepárate. No es ‘cursitis’, en un entorno que cambia tanto, hay que seguir desarrollando capacidades de manera continua. (Foto: BraunS/Getty Images)

Por la pantalla de Alessandra Góngora pasan decenas de candidatos que buscan una oportunidad en Mercado Libre, la empresa en la que es directora de Recursos Humanos. Y cada vez más, incluyen en el apartado de formación de sus CV los conocimientos desarrollados en cursos en línea. “Es algo que se ha notado, sobre todo, en los últimos tres años”, explica.

Para comprender el crecimiento que ha experimentado este tipo de aprendizaje, hay que echar un vistazo a los números. En el mundo, hay 78 millones de estudiantes matriculados en MOOC (siglas en inglés para denominar un curso en línea masivo y abierto), de los que 20 millones se inscribieron por primera vez el año pasado, según datos de la plataforma de búsqueda de MOOC Class Central. La oferta de cursos aumentó 37%, al pasar de 6,850 en 2016, a los 9,400 con los que cerró 2017.

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También ha aumentado el reconocimiento de los reclutadores hacia estas herramientas. Marco Serrato, director de Vinculación Académica y Experiencia de Aprendizaje del Tecnológico de Monterrey, señala que es un reflejo de lo que ocurre en el mundo. “Hay mayores cambios tecnológicos, incertidumbre política, económica, social… y eso nos demanda que nos estemos reinventando de manera constante”, explica. En esa reinvención participan las decenas de plataformas que ofrecen MOOC.

Tan sólo Coursera, que lidera en número de usuarios, según Class Central, tiene registrados 30 millones. Le siguen edX, con 14 millones, XuetangX, con 9.3 millones, FutureLearn, con 7.1, y Udacity, que cuenta con cinco millones de estudiantes. El académico, que tiene un curso de análisis de datos en Coursera que ha llegado a más de 60,000 personas de 68 países, destaca el valor de estas plataformas, especialmente, cuando incluyen herramientas de interacción con decenas de profesionales de diferentes naciones.

Pero, para realmente aprovecharlo y no caer en contar con una lista interminable de cursos con poco valor en el CV, el punto de partida debe ser el análisis de cuáles son las competencias y capacidades adecuadas para cada profesional, según el camino hacia el que quiere orientar su carrera, y cómo las puede adquirir. Esta coherencia es la que valora un reclutador.

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Antonio Sancho, director del área de Dirección de Personal del IPADE, señala que lo que busca un directivo de recursos humanos, especialmente en una empresa con un sistema de gestión por competencias, no es sólo conocimientos, también habilidades. Y el candidato tendrá que demostrar que cuenta con ellas. “Es valioso que tomen estos cursos, sobre todo, jóvenes sin experiencia. Demuestra una capacidad soft: el autodesarrollo, la capacidad de autorretarse, que no espera a que la empresa le pague el curso... Pero que haya hecho cinco cursos de gestión de proyectos no significa que sepa gestionar uno”, dice.

mejora continua

En ello coincide Góngora desde Mercado Libre. “Por un lado, que una persona tenga cursos en línea es evidencia de que se quiere actualizar y mejorar. Pero si sólo tiene los cursos, le falta la experiencia”, apunta. La directiva señala que una opción para los candidatos sin experiencia es elaborar un proyecto que quiera presentar a la compañía. “Eso es muy positivo. Si realizó un curso en línea de marketing, que desarrolle una iniciativa para llevar a cabo los elementos aprendidos”.

De hecho, este tipo de experiencias se ha convertido en un recurso de las empresas para capacitar a su propio personal. Mercado Libre tiene un modelo de desarrollo que considera, en una parte, el aprendizaje teórico y en otra, la aplicación de estos conocimientos en un proyecto. No es la única. Muchas compañías se han subido a estas plataformas. Mario Chamorro, gerente regional de Coursera para Latinoamérica, afirma que a través de Coursera Enterprise, área fundada hace dos años, más de 600 empresas están capacitando a sus colaboradores.

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México es, con 1.2 millones de estudiantes (de cuatro millones que tiene la plataforma en español, lanzada en 2015) es el cuarto mercado más importante de la compañía. Uno de los factores, señala Chamorro, es la alianza que tiene con la UNAM y el Tec de Monterrey, que forman parte de las 150 universidades de todo el mundo que colaboran con cursos. Y no son sólo los centros académicos, recientemente, lanzó junto a Google una certificación en TI.

“En LinkedIn, las certificaciones de Coursera son las segundas más populares. Los empleadores ven este tipo de certificados como validación del conocimiento del candidato”, dice Chamorro. Estas insignias, que pueden compartirse en redes, se crean cuando el estudiante acredita que ha adquirido las capacidades del curso. Serrato señala que la clave está en no confundir cantidad de cursos con calidad.

“Es importante entender esto y también que actualizarse no es un objetivo. Si te actualizas hoy, pero no lo vuelves a hacer en un año, te quedas obsoleto. No es ‘cursitis’, en un entorno que cambia tanto, hay que seguir desarrollando capacidades de manera continua”.

UN CURSO PARA CADA PERSONA

Marco Serrato, del Tec de Monterrey, menciona las tres preguntas que un estudiante debe hacerse antes de elegir un programa formativo.

1. Qué: Cada profesionista es único, ya que cada uno tiene una experiencia diferente y una carrera laboral que lo distingue. Por eso, la primera pregunta que tiene que hacerse quien evalúa estudiar un curso en línea es en qué se tiene que capacitar, desarrollar o actualizar.

2. Cómo: Una vez que se tiene la respuesta a la pregunta del qué, la siguiente es cómo adquirir las capacidades objetivo, según las características, la agenda y el estilo de vida del estudiante y qué tipo de formación se adapta mejor a estos factores.

3. Para qué: Además de saber qué necesitas y cómo lograrlo, es fundamental tener claro para qué se necesita. “Hay cosas que debes aprender y otras que es bueno que aprendas, pero no es fundamental. Si no tienes claro el para qué, no hay un objetivo ni un esfuerzo o una razón de ser”, explica el académico.

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