Los CEO son conocidos por sentarse en la oficina de la esquina y en la cabecera de la mesa. Pero abandonar esas convenciones —o simplemente modificarlas— puede ayudar a cambiar la cultura de una empresa.
Así como el lenguaje corporal de un presidente ejecutivo envía señales no verbales a los empleados, también puede hacerlo la decisión de los líderes de dónde ubicar su espacio de trabajo en la oficinas y dónde se sientan durante las reuniones.
“En algunas organizaciones hay una desconexión entre las palabras que usan (los líderes) para comunicar la cultura que desean y el mensaje que su espacio está enviando”, de acuerdo con un informe de la firma Steelcase sobre áreas de trabajo.