Ve el desacuerdo como algo positivo
Pocas personas disfrutan ser retadas o enfrentar una lucha cada vez que están en desacuerdo con otra persona.
Pero en el trabajo los desacuerdos son esperables, según la psicóloga Liane Davey, quien asesora a los equipos de liderazgo corporativo en la gestión de conflictos.
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“Siempre debemos encontrar tensión entre los líderes. Siempre. De lo contrario, nadie está presionando lo suficiente”, dice Davey, quien también es autora de ‘The Good Fight: Use Productive Conflict to Get Your Team and Organization Back on Track’.
Esto se debe a que cada persona aporta una agenda diferente a la mesa en función de su rol. El jefe de operaciones puede ver las cosas de manera distinta que el líder de ventas, que tiene otra visión.
El objetivo en cualquier desacuerdo es descubrir si puede ser resuelto atendiendo ambas preocupaciones, y determinar las implicaciones de cualquier medida propuesta para todas las partes.
Pero, cuando los desacuerdos se manejan mal y los malos sentimientos se enconan, “la tensión productiva puede convertirse en fricción corrosiva”, señala Davey.
Eso es especialmente un riesgo cuando cada uno piensa que tiene la última palabra sobre una decisión, y el alto jefe no deja en claro cuál es la postura de todos. También es un riesgo cuando ninguno de los dos hace un esfuerzo por comprender las razones del otro.