De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre abril y julio de este año, 2.2 millones de mexicanos se sumaron a las filas del trabajo independiente. Y marketplaces como eBay, Muack y Workana han registrado mayor número de emprendedores, artesanos o freelancers que recurren a estas plataformas digitales para ofrecer sus productos y servicios.
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Para Grace Sandoval, especialista en emprendimiento, el COVID-19 se ha traducido en oportunidad de negocio y crecimiento profesional. En un detonante del emprendimiento y el trabajo por cuenta propia. Sin embargo, advierte que recibir ingresos adicionales por hacer “lo que sea” es un error costoso que culmina con el fracaso de un negocio naciente.
“La clave del emprendimiento es dedicarte a lo que amas. Incluso el desempleo y la incertidumbre traída por la pandemia te está dando una oportunidad de hacer lo que más te apasiona en la vida. Hacer lo primero que se te ocurra para generar dinero tal vez te deje algo para mantener tus gastos. Pero nada más. Porque si no te apasiona dudo que puedas destacar y ser el mejor haciéndolo por la simple razón de que no te llena”, dice.
Con ella coincide la fundadora de Evexia Bienestar, Magda Rodríguez. La también consultora en desarrollo organizacional, certificada por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), asegura que aún en tiempos malos, las buenas ideas triunfan. “Pero lo que haces solo es posible si lo haces con pasión. Que no te motive el dinero. De lo contrario te frustrarás a la primera de cambio”, menciona.
Una historia de éxito
Marthangela Di Ciero nunca imaginó cruzar fronteras en plena contingencia. Su historia de éxito empezó hace once años. Cuando -sin ser una experta en tecnología- la guanajuatense decidió vender sus bordados en línea. Estados Unidos, Noruega, Australia y Argentina son solo algunos de los lugares a los que la emprendedora ha llegado con sus creaciones.
“Trabajaba en una fábrica de ropa y me iba bien. Pero siempre tuve el ‘gusanito’ de emprender y exportar a otros países. Así que cuando vi la oportunidad empecé a ofrecer artesanías bordadas en eBay. Mi primera venta fue un tortillero. Después me pideron parches personalizados y de ahí surgió The Patch Lab, mi negocio actual”, dice.
En la actualidad, Di Ciero tiene un portafolio compuesto por más de mil diseños de parches. El costo promedio por parche es de nueve dólares. Para venderlos, su estrategia recae en diferentes marketplaces regionales y locales. Pero su plataforma principal de ventas internacionales es eBay. Al día, Marthangela recibe entre 150 y 200 órdenes, las cuales fabrica en su casa, con ayuda de cuatro personas.
“Se me han acercado para preguntarme cómo le hice para vender en línea. E incluso si puedo ayudarlos a iniciar su negocio. Yo creo que el primer paso es quitarse el miedo, ver tutoriales de los mismos marketplaces, y ser pacientes. Yo me tardé seis meses en hacer mi primera venta. Aunque en ese tiempo internet no era lo que es ahora”, comenta Di Ciero.