Con el COVID-19, en la lista sigue la interferencia en la relación trabajo y familia, la falta de control, incertidumbre, la pérdida del empleo, la reducción salarial, el fallecimiento de algún familiar y el padecimiento de otras enfermedades, incluida la obesidad y el sobrepeso.
Ariel Almazán, director de Consultoría en Salud para la firma de soluciones integrales Mercer Marsh Beneficios México, señala que, en promedio, los empleados aumentaron 8.5 kilos desde que comenzó la pandemia.
“La gente ha engordado no porque esté trabajando desde casa, sino porque el cortisol es una hormona que se libera como respuesta al estrés. La suma de ambos se asocia con el aumento de apetito y de peso”, explica Jorge Rosas, CEO de WeWow, una consultoría de Recursos Humanos.
Al respecto, Martínez detalla que no a todos les afecta por igual un mismo estresor o factor de estrés. Sin embargo, sí reitera que el estrés elevado, debido a la sobreexigencia constante, genera una reacción negativa, en lugar de ser un aliado que fomente la creatividad, inteligencia, productividad y motivación laboral.
El punto medio del estrés
Jorge Rosas suele preguntar a los líderes con qué sueña su gente. Nueve de cada diez no lo sabe. Tal vez no sea necesario preguntar directamente esto, pero el directivo cuestiona cómo un líder puede ayudar a los miembros de su equipo si no los conoce, no tiene idea de cómo se les facilita aprender o cómo trabajan mejor, de qué los tensa, y qué los hace felices.
“Las empresas pretenden disminuir el estrés con más sesiones virtuales, ya sea de yoga o de consejos de bienestar, pero nadie quiere eso. Lo que quieren los empleados es desconectarse. ¿Por qué no mejor les das una hora extra o una semana de vacaciones para que estén con su familia y hagan lo que les gusta hacer? La diversión y las endorfinas es lo que realmente mitiga el cortisol”, señala Rosas.
Para llevar a la gente a un estrés saludable, o de ‘bienestrés’, menciona Maru Schietekat, especialista de la empresa de bienestar Casa Alaya, los líderes deben dedicar un tiempo de calidad a su equipo. Trazar y seguir evaluaciones de desempeño, reorganizar las cargas de trabajo, soltar la soga y permitir que cada persona vaya a su ritmo, sin descuidar el valor propio de la responsabilidad.