Y, a pesar de no estar en los manuales de diagnóstico médico, sí hay estadísticas para el mundo laboral. Un reciente estudio de la consultora KPMG indica que “el 75% de las mujeres ejecutivas afirman haber experimentado este síndrome a lo largo de su carrera profesional”.
¿Cuáles son sus síntomas?
El síndrome de la impostora es el resultado de varios factores, incluidos los rasgos de personalidad, tales como el perfeccionismo y los antecedentes familiares. Una teoría es que se origina en familias que valoran el éxito por encima de todo.
Por otro lado, las mujeres millennials son más propensas debido a las presiones que existen para conciliar la vida laboral con la familiar que las lleva a sentir que no realizan bien su trabajo o su función de madres en algunos casos.
Algunos de los síntomas son los siguientes:
- Incapacidad para evaluar de manera realista sus competencias y habilidades.
- Atribuyen su éxito a factores externos (locus of control externo)
- Miedo a no estar a la altura de las expectativas
- Sabotean su propio éxito
- Dudan de sí mismas
- Establecen metas muy desafiantes y se sienten decepcionadas con no las consiguen
¿Puede afectar el desempeño laboral?
Sí, si no se trata a tiempo puede traer un impacto negativo en sus carreras profesionales, porque contribuye a la ansiedad, al aumento de las dudas y los temores persistentes al fracaso. Por eso, quienes lo sufren, siempre quieren demostrar que son capaces, por eso trabajan en exceso, se sugiere reevaluar esto.