El sesgo de proximidad
Y, aun así, la necesidad de hacerse presentes de manera real es urgente. El 65% de los gerentes encuestados por Beautiful AI han indicado que, si tuvieran que hacer un recorte de personal ante una recesión, despedirían primero a los trabajadores remotos. Esta predisposición, señala el estudio, se puede explicar por el sesgo de proximidad, que se describe como la preferencia natural y la familiaridad con las personas que se ven con más frecuencia en el entorno diario.
Por eso, según el estudio de Gensler, el 43% de los empleados que quieren volver a la oficina lo haría para acceder a puestos de liderazgo, el 28% afirma que su razón principal es para ser visible y tener acceso a nuevas oportunidades.
Un presupuesto para fiestas e interacción
Los hallazgos de OCC también evidencian que el 50% de los trabajadores a distancia estaban dispuestos a renunciar el año pasado. Lo cual puede ser un indicador de cómo el trabajo a distancia puede socavar el sentido de pertenencia a una organización.
Por ello, diversas empresas están creando partidas especiales, en sus presupuestos anuales, para actividades de convivencia, capacitación presencial y hasta fiestas para los colaboradores. “La cultura la hacemos todos”, señala Isabel de WeWork y llama tanto a empresas como a empleados a hacerse responsables de hacer crecer la chispa de la interacción humana.
¿Qué pasará con los más jóvenes?
Hay personas que estaban terminando sus estudios cuando llegó la pandemia. Desde entonces, dieron el salto al trabajo remoto o home office, sin mucha oportunidad de expandir sus redes profesionales.
Algunos no han conocido a compañeros que renunciaron y se despidieron por WhatsApp y no podrían reconocerlos si se los encontraran en la calle. Un contacto perdido, menor capital social, sin duda.
Los jóvenes pueden sentirse menos vinculados a las empresas cuando no tienen oportunidad de expandir sus redes sociales ni de interacción y aprendizaje con las personas de su entorno laboral. Al sentirse menos vinculados, se identificarán menos con la organización, aumentará la rotación laboral y, a menudo, aumentará el estrés, afirma Pilar Mestre, especialista de EAE Business School.
En este contexto, es importante que los empleadores y los líderes de equipo tomen medidas para ayudar a los jóvenes a desarrollar habilidades sociales y de colaboración. Y, para los empleados, señala Isabel Martínez-Carrera es importante aprovechar al máximo los momentos y los espacios intencionales: la cafetería, la hora de la comida, el encuentro en un pasillo y cualquier otra oportunidad para crear vínculos.