La precariedad del músico en México
De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, un músico en México gana en promedio 6,980 pesos al mes, trabajando cerca de 15 horas a la semana. Lo cual, además de reflejar una baja remuneración en el gremio, también representa un alto nivel de subocupación.
En el libro “Vivir del arte : la condición social de los músicos profesionales en México”, de la investigadora María del Rocío Olivera, los testimonios de los maestros de música en el país reconocen las carencias en la formación:
"Mientras que un chico noruego o sueco o alemán a los 17 años estudia diez horas diarias, el instrumento y la teoría, estos estudiantes están repartiéndose entre el hueso, tocando en una banda de salsa o en un grupo versátil, y se la viven en el teléfono para sacar la chamba del fin de semana, para poder pagar los 500 pesos del cuarto que rentan acá", señala uno de los entrevistados. Y la autora concluye, entre otras cosas, que la precariedad en el gremio es sistemática e institucional.
¿Se puede vivir de la música?
Acción constante
"La música como carrera no es algo tan tangible como otras. Por ejemplo, en el deporte vas ganando torneos y ascendiendo, o en derecho terminas la carrera y tienes despachos interesados en contratarte. En música, cuando terminas la carrera no pasa nada. Nadie viene a ofrecerte un contrato; tienes que crear tus oportunidades", reconoce Rafael Aguirre.
El músico malagueño declara que ha tenido mucha suerte en su carrera, pero aclara que esto es fruto de estar preparado en los “tiempos muertos”. Durante la pandemia, por ejemplo, no se quedó con los brazos caídos. Sino que eligió una serie de partituras para grabarlas desde su casa y subirlas a YouTube.
Así ganó notoriedad en redes sociales y pudo obtener nuevas oportunidades cuando llegó la normalidad de las actividades. La acción constante es para Rafael una condición para avanzar en una carrera que tiene muchos altibajos.
Relaciones públicas
"Un deportista no necesita conocer a personas; gana torneos y se clasifica. En cambio, un músico necesita salir a conocer gente. Cuantas más personas conozcas, más probable es que surjan oportunidades. Las relaciones públicas son fundamentales en esta profesión", dijo.
Rafael Aguirre también señala que relacionarse con personas dentro de su nicho y fuera de él le ha servido para ganar espacios que no creía posibles. Y asegura que, por mejor que un músico toque la guitarra, nadie lo va a escuchar si no hace esos contactos que lo lleven al escenario.
Aprender idiomas y ser el extranjero
Los idiomas pueden abrir puertas y brindar nuevas oportunidades.
"Yo hablo cuatro idiomas (...) y eso te abre muchas puertas cuando estás en una reunión, por ejemplo, en Alemania. Y están 3 o 10 alemanes y tú puedes hablar con ellos y entender lo que están haciendo, conectas a un nivel emocional distinto. Y, al final, yo vivo de que me den una fecha, un concierto y si tengo el contacto de esa persona que me lo puede dar", explica Aguirre.
Pero además de ello, señala que la cultura que uno lleva por el mundo puede ser el valor agregado que buscan en otros países. Y aconseja buscar el éxito lejos de casa.
"Yo, en España, era otro español y eso no tiene por qué darme una relevancia mayor. En cambio, cuando voy a Marruecos o a Corea del Sur y soy el único español, me convierto en embajador de mi país", señala y explica que eso puede darte un lugar privilegiado en un contexto cultural que puede ser ajeno pero muy enriquecedor.
