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El CEO que traduce el amor por el bosque en decisiones de negocio

Ernesto Herrera escaló de seguridad e higiene en Bimbo a CEO de Reforestamos, donde convirtió la causa del bosque en una ruta de negocio para las empresas.
mié 27 agosto 2025 02:22 PM
El CEO que traduce el amor por el bosque en decisiones de negocio
Desde 2002, Ernesto Herrera ha estado involucrado con organizaciones de la sociedad civil, fungiendo como director general de Reforestamos México.

Un “día de pinta” a la Selva Lacandona hizo que Ernesto Herrera se saliera del guion. Estaba estudiando Ingeniería Industrial en la Universidad Iberoamericana, cuando supo que su carrera tendría que echar raíces en la naturaleza.

El salto académico tomó forma en Nueva Zelanda con una Maestría en Gestión Ambiental en la Universidad de Waikato y el regreso a México lo llevó primero a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

La puerta hacia Grupo Bimbo se abrió en una boda donde compartió mesa con gente de recursos humanos, seguridad e higiene y relaciones institucionales. "Fue estar en el momento correcto, en el lugar correcto”, dice el hoy CEO de Reforestamos.

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Su entrada a la panificadora fue como supervisor de seguridad e higiene y más tarde pasó a ecología antes de asomarse al proyecto que incubaría Reforestamos.

La empresa venía de impulsar la restauración, tras los incendios de 1998 y había plantado cerca de un millón de árboles en ocho áreas naturales protegidas con un esquema peso a peso entre colaboradores y compañía.

De esa experiencia nació la idea de Daniel Servitje, entonces director general de Bimbo, de crear una organización civil especializada y cuando Herrera levantó la mano le dijeron “arráncala” y comenzó a constituirla como donataria.

“No es una fundación de Bimbo, sino una organización independiente que fue incubada por Bimbo y por supuesto trabajamos con Bimbo, pero también trabajamos con muchas otras empresas”, puntualiza Herrera.

Los primeros recursos llegaron de un programa interno que canalizaba 20% de los ahorros de energía a los proyectos iniciales de Reforestamos.

“Si bien nos llamamos Reforestamos, es porque empezamos plantando arbolitos, pero poco a poco fuimos entendiendo la complejidad del tema forestal”, dice.

Ese aprendizaje los llevó a mirar cadenas de suministro y compras porque muchas empresas querían plantar árboles con su personal sin notar que podían estar comprando madera ilegal.

La organización empezó a identificar estrategias para migrar de un modelo filantrópico a uno de sustentabilidad y Herrera pasó de brigadas y viveros a mesas con reguladores, alcaldías y consejos empresariales.

La evolución se consolidó con plataformas donde el sector privado co-diseña proyectos y políticas como la Alianza Mexicana de Biodiversidad y Negocios y la Alianza Mexicana para la Restauración de Ecosistemas con metas de restauración a escala de millones de hectáreas y enfoque en servicios ambientales para ciudades.

“Tienes que ver a los árboles y a los bosques de una manera romántica porque te tienes que enamorar de ellos, pero necesitamos cuantificarlo con datos duros para que los privados inviertan en ellos de forma sostenible y prolongada y para que existan recursos y decisiones de negocio”, dice.

“En México, solamente el 5% de los bosques es propiedad de la nación y todo lo demás pertenece a alguien, pertenece a núcleos agrarios o a propiedad privada y si no reciben beneficios económicos, difícilmente los van a cuidar”, añade.

Hoy la organización se sostiene principalmente con recursos del sector privado y ha colaborado con más de treinta empresas en jornadas de restauración y en el diseño de estrategias de sostenibilidad y compras libres de deforestación que alinean decisiones de negocio con el cuidado del bosque.

Equipos más unidos

En Reforestamos el voluntariado se concibe como experiencia de equipo con educación ambiental que genera pertenencia y orgullo y que ayuda a retener talento joven más exigente con el impacto de su empresa.

“Creamos una red de guías para reforestaciones que anima a los grupos con actividades de team building”, explica Herrera, y ese formato vuelve la jornada divertida y útil para que los equipos se conozcan mejor.

En los eventos se organizan juegos por equipos que traducen la importancia del bosque a un lenguaje sencillo y conectan a personas de áreas que no se conocían y, aunque no ofrece cifras, Herrera asegura que estas prácticas han favorecido la retención y el compromiso.

Entre 2021 y 2024 participaron 13,162 voluntarios de más de treinta empresas y en el conteo de personas destacan Bimbo, Compartamos, HSBC, Aeroméxico y Linde mientras que por superficie sobresalen Farmacias Similares, Nestlé, Linde, HSBC y Terrafina.

La lista de aliados incluye a Colgate-Palmolive, Finaccess, Liomont, Banorte, BASF, HEB, MetLife, UPS, Veolia, American Express, AstraZeneca y Cargill con métricas de voluntarios y hectáreas que permiten rendición de cuentas.

“No solo es cultura ambiental, también es una oportunidad para que las personas convivan”, apunta el directivo, porque esos espacios abren puertas a proyectos y alianzas que después escalan a plataformas.

“La congruencia se completa cuando compras y sostenibilidad alinean políticas libres de deforestación para que la jornada en campo converse con la estrategia del negocio”, dice.

Agenda urbana

Actualmente Reforestamos organiza alrededor de 120 eventos de reforestación al año y él asiste a unos cinco y, aunque dice que sigue enamorado de los bosques, hoy pasa más tiempo en mesas de negociación que en campo.

Entre sus objetivos de corto plazo está llevar la reforestación a la ciudad con una campaña de empoderamiento ciudadano para el arbolado urbano porque hasta ahora la colaboración ocurre sobre todo con empresas y gobiernos locales.

A diferencia de ese modelo, iniciativas como la de Heineken y Fundación Azteca convocan a la población con jornadas abiertas en parques y reservas urbanas donde cientos de voluntarios se suman a plantar y cuidar árboles.

“Estamos impulsando una estrategia de empoderamiento ciudadano para el arbolado urbano y vamos a lanzar la campaña Va por los Árboles que será la manera de empoderar a las personas para que puedan hacer cosas por la causa y no tenemos un ‘ven a reforestar con nosotros’ porque no es tan fácil reforestar en la ciudad, ya que no hay muchos lugares”, comenta.

Ernesto Herrera no se arrepiente del cambio de rumbo profesional ni se ve en otra empresa. "No es un trabajo que me aburra, siempre hacemos algo nuevo, siempre hacemos algo diferente, no estoy buscando otro trabajo, sigo enamorado de los bosques, pero también he aprendido a hablar en un lenguaje para personas que necesitan los datos para tomar decisiones estratégicas”.

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