El repliegue provino sobre todo de multinacionales, que representan 68% de las empresas inscritas en México. Para muchas filiales en el país, la decisión no pasó por recursos humanos ni por el equipo local, sino por lineamientos que llegaron desde fuera y que poco tenían que ver con su operación cotidiana.
Un compromiso que se sostiene desde lo local
Sin embargo, mientras algunas compañías internacionales ajustan o frenan su participación, la agenda de inclusión laboral en México no se detuvo, pues 60 organizaciones nacionales participaron este año y representaron una cuarta parte del total.
Su continuidad superó a la de varios países de origen de multinacionales y confirmó una tendencia que los voceros del programa han observado desde hace tiempo: en México, el compromiso con la inclusión se ha ido construyendo de forma local.
En varios casos, no hubo grandes comunicados ni campañas. Hubo decisiones pequeñas y sostenidas como mantener capacitaciones, no desmontar políticas internas, seguir apareciendo año con año aunque el entorno se volviera más incómodo.
“Estos resultados muestran el innegable progreso y la inversión continua de la comunidad empresarial mexicana en su compromiso con la equidad LGBTQ+”, afirmó Ellen Kahn, vicepresidenta senior de la Fundación Human Rights Campaign.
La conversación incorporó también un matiz global. Car Bots, directora adjunta del programa, advirtió que la caída en participación ocurre en un entorno internacional menos favorable, donde los retrocesos en derechos y diversidad empiezan a pesar en las decisiones corporativas.
“En todo el mundo vemos intentos por limitar derechos y retrocesos en compromisos de diversidad e inclusión. El progreso puede doblarse, pero no se rompe. Cada empresa que se suma recuerda que esta lucha sigue siendo necesaria”, señaló.
A pesar de ese contexto, el índice mantiene una base fuerte. En esta edición, 189 empresas alcanzaron el puntaje perfecto y casi un millón de personas trabajan hoy en organizaciones con políticas formales de no discriminación, capacitaciones específicas, líneas de denuncia con enfoque LGBTQ+ y prestaciones inclusivas para distintas configuraciones familiares.
Más que un reconocimiento, el índice empieza a leerse como una prueba de consistencia. “Lo importante es la consistencia, no la perfección. El simple hecho de que sigas aquí hoy protege lo que hemos construido juntos durante tantos años”, Ángel Candia, socio implementador del programa.
Desde la perspectiva empresarial, el mensaje se repite. Pedro Huerta, country manager de Amazon México, recordó que en su operación la inclusión no funciona como adorno ni como discurso.
“La inclusión y la diversidad no son una moda ni una cuota. Son parte de nuestra cultura, porque cuando las personas pueden ser ellas mismas y aportar al cien por ciento, el negocio funciona mejor para todos”, afirmó.