El refresco, una bebida con exceso de azúcar, no solo está relacionada con efectos negativos para la salud como el sobrepeso y la obesidad, la diabetes o las caries, ahora también con el desarrollo de cáncer de mama. Así lo muestra una investigación encabezada por doctoras del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de México.
Tomar refresco aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama: INSP
El artículo “ Sugar-Sweetened Beverages Consumption and Breast Cancer in Premenopausal and Postmenopausal Women ”, publicado en la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, describe cómo impacta el consumo de bebidas azucaradas con el riesgo de desarrollar cáncer.
El estudio fue realizado entre 1 000 mujeres con cáncer de mama y 1 074 mujeres sanas premenopáusicas y posmenopáusicas, de entre 35 y 69 años, en la Ciudad de México, Monterrey y Veracruz.
Las doctoras Gabriela Torres Mejía, Adriana Garduño Alanís, y su equipo, evaluaron la dieta de las mujeres antes del desarrollo de síntomas de cáncer mediante un cuestionario de frecuencia de alimentos, y analizaron las variables.
Los resultados demuestran que las mujeres premenopáusicas que consumen una o más porciones de refrescos al día tienen un riesgo 1.78 veces mayor a desarrollar cáncer de mama. La diferencia parece baja a de las que consumen menos cantidad, pero según la investigación, es el doble de riesgo.
En 2021, la misma revista publicó el artículo “S ugar-Sweetened Beverages, Artificially Sweetened Beverages, and Breast Cancer Risk: Results From 2 Prospective US Cohorts ”, un es estudio que busca la asociación del consumo de bebidas azucaradas y alcohólicas con el cáncer de mama. En ella, no observaron asociaciones significativas, pero sugiere el seguimiento de investigación.
Una investigación reciente del INSP revela que el riesgo de cáncer de mama asociado al consumo de refrescos, ya sean de cola o de sabor, es significativamente mayor en mujeres premenopáusicas.
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— INSP México (@inspmx) October 25, 2024
México, el país que más consume refresco
La relación entre el consumo de refrescos y el cáncer de mama no es lo único que debe preocupar a la población, así como a las autoridades de salud pública. En 2019 , el INSP y la UNAM informaron que México es el primer país consumidor de bebidas azucaradas, con un promedio de 163 litros por persona al año.
La diferencia es incluso notoria con el segundo país consumidor, Estados Unidos, que tiene un promedio de 118 litros. De acuerdo con Florence L. Theodore, actual Coordinadora de Investigación Cualitativa del INSP, mencionó que una familia mexicana destina al menos el 10% de sus ingresos totales en la compra de refresco.
“El problema con el consumo excesivo de refrescos o bebidas endulzantes radica en que éstos se asocian con padecimientos como obesidad, diabetes tipo 2, derrames cerebrales, gota, asma, cánceres, artritis reumatoide, enfermedades arteriales coronarias y óseas, problemas dentales y de conducta, trastornos psicológicos, envejecimiento prematuro y adicción”, añadió.
Un análisis de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT Continua 2020-2022), señaló que el consumo de bebidas es muy alto en todos los grupos de edad. Los porcentajes son alarmantes: 82.6% de preescolares, 93.6% en escolares; 90.3% de adolescentes y 76.3% adultos consumen bebidas endulzadas.
El riesgo de cáncer de mama es, en parte, una reacción en cadena de diferentes factores asociados por el consumo de refrescos, como su contribución al aumento de peso, que a su vez está relacionado con la resistencia a la insulina y ésta con la diabetes mellitus tipo 2.
La insulina en exceso puede favorecer a la proliferación celular e impedir el proceso de eliminación, o apoptosis, lo que aumenta el riesgo de cáncer. Sucede lo mismo con el consumo de exceso de azúcar, ya que el incremento de células causa daños en el ADN, y aumenta la inflamación. De forma localizada, se asocia a una mayor densidad mamaria, un factor de riesgo de cáncer de mama.
Por su parte, el colorante usado en refrescos puede contener 4-metilimidazol, un compuesto potencialmente carcinogénico, según el INSP.