La discusión no se centra en el riesgo inmediato, sino en los recursos disponibles para detectar, contener y atender brotes que exigen reacción sostenida.(tuachanwatthana/Getty Images)
La confirmación del primer caso del virus A H3N2 subclado K en México ocurre en un momento en el que los contagios provocan inquietud social en naciones de Europa y Asia. Y aunque el gobierno de Claudia Sheinbaum niega problemas con las infecciones y el riesgo de mortandad, quedan abiertas las interrogantes sobre si el sistema de salud mexicano está listo para enfrentar una nueva pandemia,
La discusión no se centra en el riesgo inmediato, sino en los recursos disponibles para detectar, contener y atender brotes que exigen reacción sostenida.
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El gasto en salud está por debajo de niveles históricos
Para 2026, el gasto público en salud representará el 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB), un nivel similar al 2.4% aprobado para este año. Durante la pandemia del covid, los recursos eran del 2.7%.
Ese comportamiento muestra que el ajuste proyectado no modifica la trayectoria de fondo del financiamiento sanitario. “Aunque hay una ligera recuperación, seguimos por debajo de los mejores niveles observados”, señaló Jorge Cano, coordinador del programa de Gasto Público de México Evalúa.
A la evolución del presupuesto se suma un patrón de subejercicio persistente, es decir que en los últimos años, el gasto aprobado en salud no se ejerce en su totalidad, sobretodo en 2024, 2023, 2022 y 2019, detalló el especialista.
Gasto per cápita revela una brecha entre población con y sin seguridad social
El comportamiento del gasto por persona refuerza ese diagnóstico. Para 2026, el gasto público per cápita en salud será de 7,185 pesos, monto inferior a los 7,225 pesos registrados en 2022, aunque mayor a los 6,839 pesos aprobados para 2025.
Cuando se desagrega por condición laboral, la brecha se amplía. En el caso de las personas sin seguridad social, el presupuesto por persona será cercano a 4,820 pesos, el nivel más bajo observado al menos desde 2010 (6,893 pesos). “Este promedio enmascara diferencias importantes entre personas con y sin seguridad social”, indicó el coordinador de México Evalúa, quién precisió que este grupo concentra a 63.7 millones de personas.
Recortes a vigilancia sanitaria y falta de información limitan la respuesta del sistema
Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris)
- Presupuesto para 2026: 748 millones de pesos (mdp), de acuerdo con el análisis de México Evalúa.
- Recorte de 5.9%, equivalente a 47 mdp, frente a los 795 mdp aprobados para 2025.
-Se trata del menor presupuesto destinado al control de riesgos sanitarios al menos desde 2013, según la entidad.
“Partir de un presupuesto tan bajo limita su capacidad de regulación”, advirtió Jorge Cano.
Vigilancia epidemiológica y programas preventivos
- De acuerdo con el especialista de México Evalúa, la Dirección General de Epidemiología contará en 2026 con un presupuesto de 492 mdp, el nivel más bajo al menos desde 2008, lo que restringe la capacidad de detección oportuna de brotes y la emisión de alertas epidemiológicas.
- Por su parte, el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE) dispondrá de 1,394 mdp, un monto inferior al de 2025 y 2024.
Peso del gasto en salud dentro del presupuesto federal
Para 2026, el gasto funcional en salud —que incluye a personas con y sin seguridad social— representará 9.5% del gasto total del Gobierno Federal, de acuerdo con México Evalúa.
Este nivel es similar al de 2025, pero inferior al registrado entre 2017 y 2024, cuando superó el 10%.
El punto más alto se observó en 2012, con 11.2% del gasto total.
La falta de información también limita la evaluación del gasto en enfermedades graves. El especialista señaló que no existe un compendio que integre a todos los institutos y que desde 2021 dejó de reportarse el gasto en enfermedades catastróficas financiadas por el Fonsabi. Actualmente solo se informan erogaciones generales; el ISSSTE no desagrega datos y el IMSS es el único con información parcial, lo que impide una evaluación integral.
Grupos con mayor riesgo ante la nueva cepa de influenza y cómo reducir contagios
aldomurillo(Getty Images)
Gerardo López Pérez, alergólogo, infectólogo pediatra y director de la revista especializada Pediatra de la Academia, señaló que las personas más vulnerables a la influenza son:
- Niñas y niños, por mayor riesgo de complicaciones respiratorias.
- Adultos mayores, especialmente con padecimientos previos.
- Personas con obesidad y sobrepeso, que concentran una alta proporción de la población adulta.
- Pacientes con diabetes o trastornos metabólicos, con mayor susceptibilidad a infecciones.
- Personas con enfermedades respiratorias crónicas, como asma, bronquitis crónica o EPOC.
- Población con alergias respiratorias, que presenta mayor facilidad para infecciones.
- Personas con cáncer u otras enfermedades degenerativas, por menor capacidad de respuesta inmunológica.
Medidas de cuidado y prevención:
- Vacunación oportuna, especialmente en población infantil y adultos mayores.
- Uso de cubrebocas en espacios cerrados o con aglomeraciones.
- Lavado frecuente de manos y ventilación de espacios.
- Evitar acudir a reuniones o actividades sociales en caso de síntomas respiratorios.
- Atención médica temprana ante fiebre, tos persistente o dificultad respiratoria.
Menor vacunación, detección tardía y falta de prevención elevan el riesgo ante nuevos brotes
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Las infecciones respiratorias siguen concentrando el mayor riesgo sanitario en el país, con influenza y covid como enfermedades de circulación constante, a las que se suman brotes recientes de virus sincicial respiratorio, aseguró López Pérez.
A este escenario, dijo, se agrega el repunte de padecimientos prevenibles por vacunación, como sarampión y tosferina, asociados a la caída en las coberturas nacionales.
El especialista advirtió que la reducción en la vacunación infantil modificó el control epidemiológico. “Antes se tenía una cobertura superior al 90%; hoy apenas se alcanza entre 60% y 70%”. Esta disminución abrió la puerta a brotes que no deberían presentarse en condiciones de cobertura universal.
Desde su perspectiva, la vigilancia epidemiológica muestra señales de estancamiento: “Si no hay presupuesto para atender los casos, tampoco lo hay para la prevención ni para la identificación temprana”, afirmó.
La falta de centros de salud comunitarios y de coordinación con el personal médico también representa un límite para un reporte oportuno de enfermedades.
Sobre la capacidad de detección, López Pérez explicó que México sigue dependiendo de insumos y alertas externas. “Para identificar un patógeno se necesitan pruebas accesibles y presupuesto; hoy no existe una cobertura suficiente para hacerlo de manera temprana”..
Ante la posibilidad de un virus con potencial pandémico, el cuello de botella sería múltiple. “El problema estaría en el diagnóstico, la atención médica y la comunicación de riesgo”, advirtió el López Pérez, al señalar que sin educación sanitaria, vacunación suficiente y acceso a medicamentos, la capacidad de respuesta del sistema se reduce desde el inicio.