La sencilla herramienta para ahorrar 30,000 dólares

¿Cuál es el secreto para ahorrar miles de dólares en un tiempo relativamente corto? La respuesta podría ser mucho más simple de lo que crees.

Luis Rentería logró ahorrar más de 30,000 dólares en tres años. No ganó ninguna lotería ni se obligó a quedarse en casa todas las noches. La solución fue simplemente gestionar su dinero con mucho cuidado. Y le agradece a una herramienta realmente sencilla: una hoja de cálculo.

Cada uso de la tarjeta de crédito, cada dólar ganado y factura pagada es meticulosamente registrado y contabilizado en el presupuesto que él creó usando una hoja de Excel.

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"Veo mi presupuesto cinco veces al día y lo edito al menos cinco veces al día", explicó Rentería, quien tiene 32 años y trabaja a tiempo completo en tecnologías de la información.

El presupuesto está incluso clasificado por colores para denotar diferentes categorías, e incluye saldos y objetivos de ahorro.
Rentería siempre ha sido un planificador. Cada decisión importante que toma es cuidadosamente investigada y planeada.

"Crecí pobre", señaló quien además fue criado por una madre soltera. Cuando era niño recuerda haber visto a su madre sentada en el suelo rodeada de billetes. "Ella trataba de organizar sus finanzas y ver cómo íbamos a quedarnos en el departamento y tener comida". Esa imagen se le quedó grabada y lo motivó a ser un experto en finanzas.

"Desde muy joven entendí la importancia del dinero. No que el dinero fuera lo más importante, sino no tenerlo". Cuando Rentería cursaba el bachillerato, un consejero universitario fue a su casa para discutir sus opciones de ayuda financiera, pero la idea de asumir tanta deuda pesaba sobre él. "Vi toda la conversación como una práctica para hacer que me endeudara, y eso no sonaba bien en ese momento", dijo. “Sabía que no era lo que yo quería”.

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Así que exploró sus opciones y se unió a la Armada a los 19 años. Quería servir a su país, pero también le gustaba la idea de obtener capacitación laboral y habilidades que conformarían su currículum.

En 2009, regresó a casa en Houston, pero sólo después de dedicar mucho tiempo a investigar la situación del empleo local, el costo de la vida y la accesibilidad a la vivienda.

"Mi plan era usar la experiencia laboral que obtuve, y aunque volví en el peor punto de la recesión, pude conseguir un trabajo".
Decidió vivir con su mamá para ahorrar dinero, y utilizó sus beneficios militares para sacar su título universitario libre de deudas.

Durante los tres años que vivió en casa también trabajó y estudió a tiempo completo. Fue durante ese período cuando fijó un presupuesto y fue capaz de ahorrar 30,000 dólares.

Luego en 2013, tras investigar sobre precios, tasas de interés y ubicación, Rentería compró su propia casa un año antes de graduarse: una casa de tres dormitorios y dos baños por 136,000 dls.

Aun cuando utilizó un préstamo de la Administración de Veteranos, que no requiere un pago inicial, se adhirió a un rango de precios en el que pudiera permitirse pagar una entrada del 20%.

Aunque había presupuestado el costo de poseer un nuevo hogar, la compra le dejó la sensación de estar apretado de dinero. "Estaba bien, pero no muy bien, y sabía que podía mejorar".

Para el primer presupuesto había estado siguiendo pautas generales de finanzas personales, como la regla del 50/20/30 donde la mitad de tus ingresos cubren los gastos esenciales, el 20% va a los ahorros y metas financieras y el 30% a gastos flexibles.

Pero después de comprar casa, intensificó su estrategia presupuestaria y puso en práctica los conocimientos de contabilidad que aprendió en la universidad.

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"Decidí tratar mis finanzas como una empresa trata su flujo de efectivo. No se guían por principios generales, operan al mínimo detalle", explicó.

Esta combinación de prácticas llevó a la creación de la hoja de cálculo que actualmente usa, que rastrea cada centavo que entra y sale. “Ha sido como la noche y el día” dijo de sobre la diferencia entre sus dos prácticas presupuestarias.

El nuevo presupuesto le ha ayudado a entender mejor su flujo de caja y sus hábitos de gasto, y espera algún día tener lo suficiente ahorrado para pagar, si es necesario, toda su hipoteca. "Recuerdo ser ese niño…viendo a mi madre batallar tanto".