Haz que te paguen por lo que te gusta hacer
Desde pequeño, Óscar Palacios se divertía contándole chistes a su familia y amigos pero, al no tener la oportunidad de aparecer en programas de televisión, pensó que su talento nunca sería reconocido. Hace tres años, después de haber estudiado Economía y tener un empleo como analista en una empresa global de telecomunicaciones, retomó su sueño y comenzó a estudiar formalmente stand up comedy, un género de la comedia en el que se cuentan experiencias propias. En enero fue invitado por un grupo de comediantes para llevar su hobby a un nivel más formal y crear el colectivo Manada Pesada Comedy, que ya se presenta cada semana en el Foro Sylvia Pasquel.
Palacios es solo un ejemplo de las personas que han hecho de su hobby una segunda fuente de ingresos. “Hay un problema inflacionario y estamos perdiendo la capacidad adquisitiva. En 2017 se anunció una inflación de 6.77% -según cifras del Inegi, una de las peores cifras en los últimos 16 años- y las empresas normalmente no hacen ese ajuste en los salarios. Por lo que, a la gente le queda la alternativa de empezar a hacer uso de sus propios dones y capacidades para poder monetizarlos y generar un ingreso extra”, explica Alan Rozz, fundador y director general del portal Ser Mejor, una plataforma que fomenta el desarrollo humano.
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“No está mal hacer dinero de hacer algo que nos gusta y que disfrutas hacer”, apoya Sonia Sánchez- Escuer, autora de BlogyLana.com, un blog de finanzas personales, quien en 2017 sacó a la venta un libro que hizo a base de dibujar mandalas, uno de los pasatiempos que tiene para desestresarse.
“Algo que debemos tener claro es la diversificación de ingresos. Diversificamos al invertir o ahorrar, pero no de igual manera con el dinero que ganamos. Si solo tenemos una fuente de ingresos, estás en riesgo y eres vulnerable a que se acabe o interrumpa porque te corrieron o hubo un problema en la industria o intervino algún factor político o geológico”, dice la experta en finanzas personales.
En el mejor de los casos, dice Sánchez- Escuer, lo que más te gusta hacer te saca de un apuro económico o se convierte en tu primer empleo. Como lo fue en el caso de Carlos Mercado, un comunicólogo que decidió introducirse al mundo de la cerveza artesanal y convertirse en un beer sommelier. Hoy trabaja en la cervecería Cyprez, es profesor en la Academia Mexicana de Eno-Gastronomía (AMEG) y editor en un portal de noticias deportivas. De lo que percibe como ingreso, el 75% viene de su hobby y 25% del trabajo relacionado con su profesión.
“Todos tenemos dones, capacidades y habilidades especiales para hacer cosas, el problema es que como las vemos tan naturales y no las tomamos como especiales, tendemos a devaluarlas. Pero en realidad son únicas e intransferibles, pues tienen que ver con nuestra vocación y personalidad”, dice Rozz. Hay que reconocer para qué eres bueno, agrega el experto.
En 2012, Gabriela Alcalá descubrió el mundo de los ángeles, la lectura de cartas y el reiki. Comenzó a leer, estudiar y tomar cursos sobre el tema. Actualmente, combina su trabajo de publicista con las terapias de sanación. Su trabajo es tan flexible que puedo intercalar sus actividades en su propia agencia de marketing digital con una o dos terapias diarias. Su objetivo, en el corto plazo, es aumentar el número de terapias por día y obtener hasta 40,000 pesos de ingresos mensuales por su hobby.
EL PRECIO DE TU TALENTO
Uno de los retos de vender un servicio o producto que disfrutas hacer es ponerle precio. “Por el hecho de que algo nos guste mucho, no significa que no debamos tener una remuneración económica. Porque al hacerlo le invertimos trabajo, esfuerzo, material, dinero y publicidad”, señala Sánchez-Escuer.
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Lo primero que debes hacer para darle valor a lo que realizas, agrega Rozz, es estar consciente de que lo que haces tiene un valor. Después, conviene sondear en Internet y ver cuánto está cobrando la competencia para que tengas un referente, dice Sánchez-Escuer.
Otra manera de fijar un precio es preguntándole a tu cliente potencial cuánto estaría dispuesto a pagar por tu producto o servicio. Y un último factor que influye en el precio será la calidad que tenga.
“Este último punto es el más difícil de medir porque a veces el ego se va hasta arriba o hasta abajo y tienes que ser objetivo. Sé honesto y si estás empezando no cobres como alguien que lleva años haciendo eso que tú ofreces”, comenta Sonia Sánchez-Escuer.
Araceli Díaz es contadora freelance de varias personas físicas, su hobby es tejer y hacer manualidades. Su madre le enseñó las primeras puntadas, pero gracias a los tutoriales de Youtube aprendió a hacer amigurumis (muñecos tejidos) y scrapbook (diseño de libretas, agendas y álbumes). Cuenta con su cuenta de Instagram (@mycielo) desde 2015 y a través de la cual se ha dado a conocer y recibe pedidos. Teje un muñequito cada tres días y puede venderlos hasta en 200 o 400 pesos cada uno, dependiendo el tamaño y los puntos de tejido que requiera.
Los expertos coinciden que empezar por comercializar tu servicio a través de las redes sociales es lo más barato, solo es necesario tener autoconfianza y el valor de “lanzarte”.
“No existe la verdad absoluta o garantía sobre lo que va a querer el mercado, la experiencia es lo que nos va a decir hacia dónde dirigir el proyecto, hay que ser valientes para aprovechar los recursos personales”, invita Rozz.
Sánchez-Escuer da una última clave: "Intenta monetizar todo lo que te haga feliz, quédate con la actividad que te guste más, en la que te desenvuelvas mejor y sea más rentable".