Recortar o congelar la producción petrolera, dilema en Doha
Cuando los principales productores de petróleo del mundo se reúnan este fin de semana en Doha, se enfrentarán a una dura elección: acordar congelar la producción de crudo en los niveles actuales, o arriesgarse a enviar a los precios en otra espiral descendente.
Los inversores están buscando señales de cooperación que justificarían el repunte del crudo de 26 dólares por barril en febrero a por encima de 40 dólares, un movimiento basado en gran parte en la expectativa de que los productores comiencen a coordinar su respuesta a un histórico colapso de precios que ha durado casi dos años.
Un acuerdo para congelar la producción servirá de poco para reducir el actual exceso de oferta del mercado, ya que muchos de los principales productores están actualmente bombeando a su máxima capacidad, e Irán está decidido a seguir aumentando su producción, a medida que emerge de años de sanciones.
“No es posible saber el resultado, pero si deciden congelar la producción, en lugar de un recorte, el impacto sobre los suministros de petróleo físico será limitado”, dijo la Agencia Internacional de Energía (AIE) en su informe mensual el jueves.
Pero un acuerdo —si es honrado— podría ayudar a generar confianza entre los actores clave del mercado, y tal vez sentar las bases de un eventual recorte directo en la producción.
En otras palabras, conglear sería la medicina que se necesita para calmar los nervios destrozados de los inversores.
“[Un congelamiento sin Irán] tendrá poco o ningún impacto en la producción de crudo real”, dijeron analistas de Société Générale. “Sin embargo, el impacto de la psicología de mercado todavía podría ser muy grande”.
La negativa de los principales productores a cesar operaciones en sus pozos durante el año pasado, ante una superabundancia a escala mundial, fue una apuesta importante. El principal exportador Arabia Saudita, que ha reducido la producción en el pasado para contrarrestar la caída en los precios, siguió bombeando a plena perforación, una táctica diseñada para preservar su participación de mercado y para forzara retroceder a los rivales.
Sin embargo, algunos de los que sufrieron este ataque —en especial la industria del esquisto en Estados Unidos— resultaron ser más resistentes de lo que se esperaba. Según la AIE, apenas ahora esas fuentes de suministro están empezando a salir del mercado.
“El mercado del petróleo parece destinado a acercarse al balance en la segunda mitad de este año”, dijo la agencia. “Hay indicios de que se está acelerando un muy previsto descenso en la producción de petróleo ligero y no convencional en Estados Unidos".
La decisión de mantener el bombeo ha costado muy cara a Arabia Saudita en casa. El desplome de los ingresos ha obligado al reino a introducir profundos recortes al gasto, reducir los subsidios e incluso reducir su programa de becas en el extranjero. Otros miembros de la OPEP se han visto obligados a hacer recortes similares.
Ahora, la mayor parte de la región busca un alivio.
Aún así, llegar a un acuerdo en Doha requerirá de negociación hábil y está lejos de estar garantizado . En febrero, Rusia y Arabia Saudita acordaron mantener estable la producción, pero el acuerdo se derrumbó casi inmediatamente.
Irán, un rival regional de Arabia Saudita, ha dejado claro que no estará de acuerdo con congelar la producción hasta que bombee 4 millones de barriles por día y haya recuperado una parte considerable de la participación de mercado perdida durante las sanciones.
El representante del príncipe heredero de Arabia Saudí, por su parte, ha dicho que su país nunca estará de acuerdo con congelar la producción sin un compromiso recíproco de Irán. Sin embargo, algunos analistas creen que Arabia Saudita podría presionar de forma privada para un congelamiento en Doha, y podría aislar a Irán.
Los analistas dicen que para que los precios se recuperen completamente, se requiere de un recorte en la producción, no de una congelación.
“Una recuperación de los precios del petróleo seguramente requerirá de recortes directos en la oferta mundial y del aumento de la demanda, lo que sugiere que el gran movimiento siguiente no tendrá lugar sino hasta el próximo año, cuando el mercado debería estar mucho más cercano al equilibrio”, indicó Capital Economics.