El plan energético de Arabia Saudita genera incertidumbre
El nuevo liderazgo y los cambios en la política de Arabia Saudita para reducir su dependencia del crudo han generado incertidumbre en el mercado petrolero, que se ha visto afectado por una sobreoferta y una débil demanda.
Arabia Saudita, el mayor exportador de crudo del mundo, anunció el lunes en voz del príncipe Mohamed bin Salman un plan para aumentar sus ingresos no petroleros a cerca de 266,000 millones de dólares para 2030 al colocar 5% de la compañía estatal Aramco en los mercados y crear un fondo de inversión por 1.9 billones de dólares.
Sin embargo, los analistas tienen dudas sobre la forma en la que el hijo del rey Salman, quien llegó al trono apenas el año pasado, gestionará el cambio en Aramco, cuyas reservas representan 15% del total mundial. “De preocupación es la forma en la que el nuevo liderazgo manejará el sector energético y las implicaciones a largo plazo tras la separación de Aramco del Gobierno”, dijo la firma de análisis británica Energy Aspects en un reporte.
“Mohamed bin Salman ha traído suficiente incertidumbre a la política de petróleo saudita que puede cambiar las cosas en nuestra perspectiva”, agregó y apuntó que los analistas culpan al príncipe de solo 30 años del fracaso de la reunión de Doha para congelar la producción de crudo.
El plan saudita que anunció bin Salman obedece a que más del 80% de los ingresos del reino dependen del petróleo y a que si bien le cuesta 10 dólares bombear el crudo, debe venderlo en 86 dólares para tener un presupuesto balanceado, de acuerdo con CNNMoney.
Pese a ello, los observadores del mercado esperan más detalles del plan para un futuro sin ingresos petroleros, que podrían llegar en mayo o en junio.
“En resumidas cuentas, hubo pocas cosas nuevas en el plan del gobierno saudita y hay áreas que todavía deben considerar”, dijo Jason Tuvey, economista de Medio Oriente para Capital Economics. Entre esos detalles está el plan del reino para que más trabajadores vayan a la iniciativa privada por lo que se requiere una reforma educativa.
Arabia Saudita ha llamado la atención del mercado desde 2014 ante su negativa para recortar la producción de petróleo a fin de defender su cuota de mercado frente a los productores del shale estadounidense. Sin embargo, la industria energética estadounidense ha sido más resistente de lo previsto aún con los precios tocando mínimos de casi 13 años en febrero pasado.
“Los sauditas no quieren precios más altos porque no quieren impulsar un boom del fracking como el de Estados Unidos en otros países”, dijo a Expansión Erik Norland, economista senior de CME Group.