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¿Puede el nuevo presidente de Brasil salvar la economía?

El nuevo mandatario brasileño, Michel Temer, anunció un nuevo gabinete enfocado en recuperar al país del daño económico.
mar 17 mayo 2016 06:04 AM
Michel Temer, presidente interino de Brasil, tiene el reto de sanear la economía.
Desafìo Michel Temer, presidente interino de Brasil, tiene el reto de sanear la economía. (Foto: UESLEI MARCELINO/REUTERS)

El nuevo presidente de Brasil acaba de heredar los mismos problemas que condenaron a su predecesora, Dilma Rousseff.

La crisis política del país se profundizó el jueves cuando Rousseff renunció temporalmente como presidenta después que el Congreso votó para comenzar una ruta de juicio político en su contra. Su vicepresidente —y ahora archienemigo— Michel Temer asumió como presidente de Brasil.

Temer no perdió el tiempo el jueves en anunciar su máxima prioridad: corregir la deteriorada economía de Brasil.

“Brasil vive hoy en día la peor crisis económica de nuestra historia”, dijo Temer el jueves. “Es imperativo que reconstruyamos los fundamentos de la economía brasileña”.

Está heredando una economía que está en su recesión más larga desde la década de 1930. La economía de Brasil se contrajo 3.8% el año pasado y su banco central pronostica que se contraerá otro 3.5% este año. El FMI prevé que el crecimiento será ligeramente negativo incluso en 2017.

La tarde del jueves, Temer anunció a su nuevo gabinete. Como una señal de que tiene planes de reducir el gasto público, redujo el número de ministerios de 32 a 22. Temer atrajo inmediatamente críticas en las redes sociales por designar para todos los cargos a hombres blancos, y a ninguna persona negra o mujer. Es la primera vez desde 1979 que una mujer no ha estado en el gabinete.

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Algunos en Wall Street se mostraron encantados con el equipo económico de Temer, dirigido por el ministro de Finanzas, Henrique Meirelles, presidente del Banco Central de Brasil durante sus años de auge de 2003 a 2011.

"Estamos emocionados... el equipo de finanzas parece de primera clase”, dice Will Landers, gerente de cartera de los fondos de América Latina de BlackRock. Landers gestiona 2,000 millones de dólares en acciones latinoamericanas. “Están poniendo a las personas adecuadas en los lugares adecuados”.

Inversores como Landers dieron su aprobación a Temer. El índice accionario de Brasil, el Bovespa, subió casi 1% el jueves. Los inversores han apoyado la opción de un juicio político contra Rousseff, esperando un régimen más favorable para el mercado. Esa previsión optimista ha convertido al Bovespa en el mercado accionario con mejor desempeño a nivel mundial en lo que va de este año, con un alza de aproximadamente 23%.

Pero el mercado no refleja la economía brasileña. Temer y Meirelles tienen mucho trabajo por hacer, dicen los expertos. El desempleo se ha disparado al 10.2%, la inflación sigue siendo alta, el déficit público es profundo y la confianza en la economía ha caído en picada.

Meirelles es un favorito de Wall Street porque nunca cedió a la presión para bajar las tasas de interés por parte del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, conocido como Lula, durante su periodo en el cargo. También fue un ejecutivo bancario en Estados Unidos antes de su periodo con Lula, un presidente populista que se preocupaba por los inversores globales.

“[Meirelles] realmente ayudó a calmar las preocupaciones del mercado acerca de Lula en aquel entonces”, dice Neil Shearing, economista en jefe de mercados emergentes de Capital Economics, una firma de investigación. “Él tiene una buena reputación”.

El viernes, Meirelles dio a entender que el gobierno podría tener que elevar los impuestos en el corto plazo para reparar el déficit del país. Se mantendrán los programas como el de seguridad social y otros subsidios públicos, dijo.

“El objetivo ahora es el equilibrio fiscal: si es necesario añadir otro impuesto, será propuesto como una medida temporal”, dijo Meirelles a periodistas.

Temer todavía no ha nombrado un nuevo jefe del banco central, pero los reportes noticiosos dicen que está considerando seriamente a Ilan Goldfjan, el principal economista de Itaú Unibanco, uno de los mayores bancos de Brasil. Él estaría en línea con el gabinete más amigable con los mercados de Temer, según los expertos.

A pesar del optimismo de los inversores acerca del equipo de Temer, los grandes obstáculos permanecen. El índice de aprobación de Temer es bajo, al igual que el de Rousseff, y muchos en su partido político, el PMDB, han sido implicados en el escándalo de corrupción masivo de la petrolera estatal Petrobras. Todos estos hechos podrían dificultar a Temer aprobar una reforma significativa, dicen algunos.

La presidencia de Temer tampoco está garantizada. Él estaba en la fórmula electoral con Rousseff en 2014, cuando ella presuntamente falseó las cifras del presupuesto de Brasil. Si se descubre que él sabía de esto, eso pondría en riesgo su mandato y también los esfuerzos por reactivar la economía.

“Se necesitan hacer cosas realmente grandes. Temer carece de capital político”, dice Shearing. “Hay muchas formas en que esto podría desvanecerse muy rápidamente para él”.

Julia Jones contribuyó al reportaje para este artículo.

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